jueves, 1 de agosto de 2013

ANACRONISMOS


Cada año desde el 2000, la Serpentine Gallery de Londres comisiona a un arquitecto o artista para realizar el proyecto de su pabellón, que se utiliza durante el verano para actividades educativas y sociales. Normalmente se construye delante de la galería en una extensión de prado que no sobrepasa los 350 metros cuadrados, dentro de los Jardines de Kensington. La obra se ha comisionado anteriormente a importantes arquitectos como Oscar Niemeyer, Zaha Hadid, Frank Gehry, ademas del artista Ai Wei Wei, todos ellos han propuesto interesantes ejercicios formales y conceptuales.
En la presente ocasión fue elegido el proyecto del arquitecto japonés Sou Fujimoto, quien plantea una estructura volátil, realizada con infinidad de elementos metálicos rectos, que en su conjunto crean una estructura orgánica, una especie de nube flotante. El propio arquitecto describe su trabajo como un paisaje arquitectónico que plantea la cuestión de “la diferencia entre la arquitectura y la naturaleza, o cómo la primera podría formar parte de la segunda y ambas resultar integradas”. En las descripciones del pabellón por parte del arquitecto se deja ver su interés por la arquitectura como imitación de los organismos naturales, interés compartido por muchos arquitectos desde mediados del siglo pasado, los llamados “Metabolistas”, entre los que se cuentan varios japoneses como Kisho Kurokawa. También resalta la coincidencia formal con dos proyectos antecedentes específicos, que denotan una nostalgia futurística por parte del diseñador. El primero, el pabellón para conciertos al aire libre que el arquitecto español Juan Daniel Fullaondo diseñó en Madrid en 1963, se trataba precisamente de una cubierta temporal y etérea que tenía la finalidad de instalarse en un parque. La segunda coincidencia es el pabellón suizo para la exposición mundial de Osaka en 1970, que en su momento resultaba extremadamente propositiva. El arquitecto Ernst Hiestand, diseñó una estructura de acero y aluminio que se iluminaba de noche, generando un auténtico ambiente futurista. El arquitecto suizo realizó este diseño sin saber que era casi idéntico al proyecto de su antecesor español, el hecho generó una airada polémica en el medio académico de aquella época.
Es curioso que actualmente los organizadores del pabellón Serpentine, quienes indudablemente poséen una amplia cultura arquitectónica, no hagan mención alguna de esta serie de anacronismos, que lejos de resultar en perjuicio del trabajo del arquitecto Fujimoto, mostrarían su amplia cultura y voluntad de recuperar las virtudes de los fantásticos proyectos de sus antecesores.

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