Desde los años sesenta, numerosos teóricos y críticos de aquitectura, incorporaron a sus ensayos los conceptos importados de las disciplinas sociales que para entonces ya estudiaban fenómenos urbanísticos, como la antroplogía y algunas ramas de la filosofía. En la década de 1960, se escribieron importantes ensayos que tocaron directamente los temas realtivos a la gestión del espacio público y privado en la arquitectura urbana de la época. Autores como Henri Lefebvre, Michel Foucault y Robert Venturi, por mencionar sólo algunos, hicieron contribuciones a la teoría crítica, que ahora resultan fundamentales para casi cualquier disertación sobre temas socio-urbanísticos.
Resulta muy complicado discutir términos tan amplios como contexto y comunidad, en una disciplina tan alejada de lo discursivo como es la arquitectura. Es muy común que los arquitectos no se pongan de acuerdo en las definiciones de muchas de las palabras que utilizan con frecuencia, dando lugar a discusiones muy poco fructíferas en el ámbito académico y editorial.
El contexto se entiende básicamente como el entorno físico donde se encuentra la obra arquitectónica y el término suele reducirse a las fachadas de los vecinos inmediatamente adyacentes al edificio en cuestión. Sin embargo, es igualmente importante considerar la situación política, histórica y cultural de la obra para realmente poder estudiarla en su contexto, en sentido amplio.
La comunidad resulta un concepto aún más ambiguo cuando se relaciona con la arquitectura. En principio, se considera a los habitantes que ocupan directamente el inmueble criticado, como la comunidad primordial que se relaciona con la arquitectura. Pero un edificio nuevo repercute en la calle, manzana y barrio donde se localiza y entonces es necesario ampliar el alcance del término, para incluir a los vecinos y conciudadanos que habitan en las proximidades de la nueva obra. Dentro de la comunidad que se relaciona con un inmueble específico, también cabe considerar a la totalidad de las personas que están ligadas al proyecto aunque no sean sus habitantes, ni vecinos inmediatos. Por ejemplo, un nuevo museo, tiene impacto en la comunidad artística y cultural de la ciudad entera, sus visitantes son normalmente personas que no habitan el barrio donde se localiza, funciona como un polo de atracción turística y cultural. El impacto o beneficio de la apertura de un nuevo museo, se manifiesta en la comunidad artística de una ciudad, e incluso, si se trata de un proyecto importante a nivel internacional, repercute más allá de las fronteras del país donde ha sido construido.
Lorenzo Rocha
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