El concepto de espacio es una indiscutible creación humana. El espacio existe físicamente, pero su delimitación es una cuestión elemental de la política. Los elementos arquitectónicos o geográficos que delimitan espacios, así como todo objeto que tenga un interior diferenciado del exterior, crean fronteras y por conscuencia, territorios.
Los seres humanos tenemos una tendencia instintiva a marcar nuestros terrenos, como lo hace la mayoría de los animales. Algunos seres vivos como las aves, usan el sonido, otros, como los mamíferos utilizan los olores, pero para marcar nuestro territorio nosotros los humanos preferimos los muros.
Otra invención humana: la línea, es más sutil y simbólica que las alambradas, pero es tanto o más contundente que éstas. Las fronteras entre muchos países existen físicamente solo en los mapas, pero si cruzamos estas lineas imaginarias, dibujadas entre dos territorios, seguramente aparecerá la policía, para devolvernos tarde o temprano a nuestra tierra.
Los niños dividen sus territorios con lineas pintadas con gis sobre el suelo del patio escolar. Los hermanos se disputan el espacio y pelean constantemente por éste, toda persona que haya tenido una familia numerosa se habrá dado cuenta de ello desde muy temprana edad.
Los arquitectos somos los planificadores de los espacios, nosotros dimensionamos los espacios de las casas y edificios y colocamos los límites entre cada uno de éstos. Nuestra labor es una constante negociaición, estamos en el centro de las disputas por el espacio. Debemos mediar entre los miembros de una familia, los empleados de una empresa, los clientes, los usuarios y a la vez representarlos ante las autoridades que avalan y otorgan licencias para la construcción, para el uso del suelo, para la planificación urbana y territorial. Por ello, considero imposible despolitizar a la arquitectura, quizá lo que necesitamos es ampliar nuestro horizonte de comprensión del significado de la política.
Además de la relación arbitral que nos toca ejercer, los arquitectos nos enfrentamos a nuestros colegios profesionales, a las academias y a los medios de difusión de las obras. Casi todos nosotros estamos interesados en satisfacer a los usuarios en la misma medida en que queremos complacer a los críticos y a nuestros colegas. Pero un arquitecto debe por encima de todo, enfocarse en su propia satisfacción, en estar convencido de hacer el mayor esfuerzo por conseguir el bien común. Aunque se deje esta satisfacción para el final, es posible que deberíamos comenzar justamente por la búsqueda de nuestra buena conciencia, como miembros de la comunidad.
Lorenzo Rocha
jueves, 25 de febrero de 2016
jueves, 18 de febrero de 2016
PROPIEDADES DE LA LUZ
Hace dos semanas se inauguró una interesante exposición del artista norteamericano Fred Sandback (1943-2003), en la galería Proyectos Monclova. Es una muestra muy recomendable, estará abierta hasta hasta el 11 de marzo. La exposición consiste de cuatro piezas escultóricas hechas con estambre y 21 dibujos en distintas técnicas, que ilustran las posibilidades de intervenir los espacios de exhibición, con lineas que forman planos. Aunque la explicación contenida en el texto de presentación es suficientemente clara, no hace referencia a las razones para el título de la exposición: "Las propiedades de la luz".
La exposición se organizó en paralelo con la instalación de cuatro piezas escultóricas y dos dibujos de Sandback en la casa Gilardi, proyecto de 1977, realizado por el arquitecto Luis Barragán (1902-1988). En principio no quedaba muy claro cuales podrían ser los puntos de contacto entre las obras de ambos artistas y cómo podrían dialogar entre ellas, mucho menos reflexionar en conjunto sobre las propiedades de la luz.
Barragán y Sandback nunca colaboraron en ningún proyecto, aunque el último manifestó mucho interés en el primero en su última visita a México en 2002, en particular respecto a la Capilla de las Capuchinas de Tlalpan. Acerca de esta obra, Sandback manifestó su interés por la luz natural que entra a la capilla por un vitral amarillo e ilumina una cruz de madera, la cual proyecta su sombra sobre el altar dorado, obra del escultor Mathias Goeritz.
Todas las posibles dudas acerca de los fundamentos de la investigación realizada en vida por Sandback, se disipan inmediatamente al entrar en el comedor de la casa Gilardi a mediodía. La luz que penetra en el espacio de la célebre alberca de Barragán, corta el agua y se refracta como si se tratara de un plano sólido. En ese mismo espacio se encuentra una pieza sin título de Sandback (Estudio escultural, construcción vertical de dos partes, 1986/2010), que consiste en dos simples marcos superpuestos, realizados con estambres blancos y rojos. Como en casi todas las esculturas del artista, las líneas de estambre forman planos imaginarios en el espacio, pero singularmente en esta pieza, al estar compuesta por ocho líneas y dos planos, forma un volúmen muy similar al plano de luz que penetra en la alberca.
La relación entre la escultura de Sandback y la arquitectura de Barragán radica en el manejo de conceptos espaciales fenomenológicos, los cuales pueden ser discutidos y entendidos desde el punto de vista teórico, pero solamente se pueden constatar con la experiencia corporal del espacio.
Lorenzo Rocha
La exposición se organizó en paralelo con la instalación de cuatro piezas escultóricas y dos dibujos de Sandback en la casa Gilardi, proyecto de 1977, realizado por el arquitecto Luis Barragán (1902-1988). En principio no quedaba muy claro cuales podrían ser los puntos de contacto entre las obras de ambos artistas y cómo podrían dialogar entre ellas, mucho menos reflexionar en conjunto sobre las propiedades de la luz.
Barragán y Sandback nunca colaboraron en ningún proyecto, aunque el último manifestó mucho interés en el primero en su última visita a México en 2002, en particular respecto a la Capilla de las Capuchinas de Tlalpan. Acerca de esta obra, Sandback manifestó su interés por la luz natural que entra a la capilla por un vitral amarillo e ilumina una cruz de madera, la cual proyecta su sombra sobre el altar dorado, obra del escultor Mathias Goeritz.
Todas las posibles dudas acerca de los fundamentos de la investigación realizada en vida por Sandback, se disipan inmediatamente al entrar en el comedor de la casa Gilardi a mediodía. La luz que penetra en el espacio de la célebre alberca de Barragán, corta el agua y se refracta como si se tratara de un plano sólido. En ese mismo espacio se encuentra una pieza sin título de Sandback (Estudio escultural, construcción vertical de dos partes, 1986/2010), que consiste en dos simples marcos superpuestos, realizados con estambres blancos y rojos. Como en casi todas las esculturas del artista, las líneas de estambre forman planos imaginarios en el espacio, pero singularmente en esta pieza, al estar compuesta por ocho líneas y dos planos, forma un volúmen muy similar al plano de luz que penetra en la alberca.
La relación entre la escultura de Sandback y la arquitectura de Barragán radica en el manejo de conceptos espaciales fenomenológicos, los cuales pueden ser discutidos y entendidos desde el punto de vista teórico, pero solamente se pueden constatar con la experiencia corporal del espacio.
Lorenzo Rocha
viernes, 12 de febrero de 2016
RUTINA
Para
poder trabajar necesito paz mental. Dos momentos específicos de mi rutina
diaria, me relajan y contribuyen a aclarar mi mente antes de comenzar a
trabajar.
El
primero de ellos es cuando llevo a mi hija de cinco años a la escuela. Vamos en
bicicleta, hemos hecho esto cada semana desde hace dos años. Ella canta o me
habla a veces, normalmente solo va sentada en su silla. La escuela está a unos
dos kilómetros de nuestra casa, siempre tomamos la misma ruta.
El
segundo momento es cuando saco a mi perro a pasear, hacemos esto desde que era
un cachorro y ahora tiene diez años de edad. Hemos vivido juntos en cuatro
lugares distintos, pero siempre hemos salido a caminar juntos. Vivimos en el
apartamento actual desde hace dos años, está muy cerca de un gran parque, así
que vamos ahí o solo damos una vuelta alrededor de la manzana, si no hay mucho
tiempo.
De
hecho, esto es lo que hice esta mañana.
Para
el presente ejercicio le he pedido a mi hija que documente el trayecto a la escuela
con su cámara de juguete. Después de esto, he atado una cámara a la cabeza de
mi perro y la he programado para tomar una fotografía cada 30 segundos durante
nuestro paseo en el parque.
Me
gustan especialmente estos dos momentos de mi rutina diaria porque son
repetitivos, pero también son diferentes cada día. Me recuerdan la frase de Heráclito:
"No se puede cruzar dos veces el mismo arroyo". Algo parecido me
sucede cuando visito un edificio, algunas veces me impresiona en la primera
visita, me decepciona en la segunda y me emociona en la tercera ocasión.
Lorenzo Rocha (texto para la exposición "Nulla dies sine linea" en Satellite—Berlin)
jueves, 11 de febrero de 2016
UNA LINEA DIARIA
Según Plinio el viejo, el artista griego Apeles solía decir: "Nulla dies sine linea", cuya traducción al español sería: "Ni un día sin (dibujar) una linea", en referencia a su necesidad cotidiana de expresión mediante el dibujo. Sin duda, las mentes creativas requieren de ejercitarse diariamente, para estar siempre en condiciones para continuar con sus labores artísticas o científicas.
Mañana se inaugura en el espacio Satellite de Berlín, una exposición experimental que lleva como título la frase en latín de Apeles, siguiendo una idea original de Gaby Hartel para presentar las fuentes de inspiración de un nutrido grupo de artistas, científicos, músicos y arquitectos, quienes han enviado algún objeto, imagen o idea personal para representar aquello que les da la fuerza necesaria para trabajar diariamente.
El interés de las organizadoras, las gestoras culturales Rebeccah Blum y Kit Schulte, consiste en indagar qué es lo que da a las mentes creativas, la concentración necesaria para idear una pieza de arte, curar una exposición, hacer un proyecto arquitectónico, crear una composición musical, improvisar con un instrumento, escribir versos, oraciones o una nueva teoría científica. La era en la que vivimos crea constantes distracciones por la conectividad con el mundo exterior, lo cual dificulta mucho a los creadores la ejecución de los rituales que les permiten crear formas nuevas. En nuestro mundo actual nunca hay silencio total. Sin embargo, todas las personas son capaces de encontrar la paz necesaria para trabajar, aunque la encuentren en lugares muy distintos y de formas individuales diferentes.
Cualquier actividad humana requiere de concentración, de una forma u otra todas las personas encuentran la manera de enfocar su atención en el trabajo. La respuesta de cada invitado a la muestra será distinta, pero indudablemente todas estarán fundamentadas en los afectos y el mundo interior de cada uno de ellos.
El espacio de la galería Satellite se transformará en un umbral hacia las prácticas creativas, con áreas donde enterarse de las prácticas de los expositores por distintos medios y penetrar en sus mentes para que los asistentes puedan explorar las suyas. Los muros estarán llenos de palabras, imágenes y descripciones, se escucharan sonidos, se mostrarán y leeran libros, se construirán objetos que estarán colocados directamente sobre el suelo o se colgarán del techo.
Será una muestra que intentará examinar los hábitos y prácticas que permiten a los artistas y científicos alcanzar la agilidad mental necersaria para permanecer conectados y "en linea" con lo sublime.
Lorenzo Rocha
Mañana se inaugura en el espacio Satellite de Berlín, una exposición experimental que lleva como título la frase en latín de Apeles, siguiendo una idea original de Gaby Hartel para presentar las fuentes de inspiración de un nutrido grupo de artistas, científicos, músicos y arquitectos, quienes han enviado algún objeto, imagen o idea personal para representar aquello que les da la fuerza necesaria para trabajar diariamente.
El interés de las organizadoras, las gestoras culturales Rebeccah Blum y Kit Schulte, consiste en indagar qué es lo que da a las mentes creativas, la concentración necesaria para idear una pieza de arte, curar una exposición, hacer un proyecto arquitectónico, crear una composición musical, improvisar con un instrumento, escribir versos, oraciones o una nueva teoría científica. La era en la que vivimos crea constantes distracciones por la conectividad con el mundo exterior, lo cual dificulta mucho a los creadores la ejecución de los rituales que les permiten crear formas nuevas. En nuestro mundo actual nunca hay silencio total. Sin embargo, todas las personas son capaces de encontrar la paz necesaria para trabajar, aunque la encuentren en lugares muy distintos y de formas individuales diferentes.
Cualquier actividad humana requiere de concentración, de una forma u otra todas las personas encuentran la manera de enfocar su atención en el trabajo. La respuesta de cada invitado a la muestra será distinta, pero indudablemente todas estarán fundamentadas en los afectos y el mundo interior de cada uno de ellos.
El espacio de la galería Satellite se transformará en un umbral hacia las prácticas creativas, con áreas donde enterarse de las prácticas de los expositores por distintos medios y penetrar en sus mentes para que los asistentes puedan explorar las suyas. Los muros estarán llenos de palabras, imágenes y descripciones, se escucharan sonidos, se mostrarán y leeran libros, se construirán objetos que estarán colocados directamente sobre el suelo o se colgarán del techo.
Será una muestra que intentará examinar los hábitos y prácticas que permiten a los artistas y científicos alcanzar la agilidad mental necersaria para permanecer conectados y "en linea" con lo sublime.
Lorenzo Rocha
jueves, 4 de febrero de 2016
PRODUCCIÓN CREATIVA
En los medios profesionales del arte y de la arquitectura, se habla mucho de la creatividad, quizá demasiado. Indudablemente es un concepto con múltiples significados y que suscita, como es deseable, más preguntas que respuestas.
Si aceptamos la existencia de la industrias creativas, no podemos eludir preguntarnos: ¿qué producen dichas industrias? Quizá deberíamos comenzar por definir lo que es una industria. La industria es un conjunto de medios de producción, si su fin es la creatividad, entonces dicha industria deberá reunir todos los medios necesarios para la producción artística: todos los medios materiales y recursos humanos que son indispensables para la actividad económica creativa.
La mayoría de las obras de arte y de los proyectos arquitectónicos resultan de la reflexión en torno a una premisa. En el caso de los artistas, las premisas son abiertas y dinámicas, en cambio las premisas que dan lugar a los proyectos arquitectónicos, aunque son complejas, derivan de la necesidad concreta de espacios para desarrollar actividades.
Hace unos días me fueron planteadas algunas preguntas en torno a la creatividad: ¿Qué estado mental se necesita para desarrollar una idea para un proyecto, para componer una pieza musical, para escribir una oración o verso, o para una nueva teoría? ¿Cómo se consigue el acceso a dicho estado mental? En realidad son preguntas que cada persona respondería de modo distinto, ya que se relacionan con la metodología de trabajo de cada persona y ésta a su vez se relaciona con la rutina diaria de cada artista.
Las respuestas en sí mismas pueden resultar extremadamente banales, lo importante es aquello que se produce como solución a una premisa. Solemos poner demasiada atención al "cómo". Al modo en que cada autor, artista o arquitecto responde a los planteamientos de sus contrapartes: los editores, curadores o clientes. El "qué" por sí mismo carece de importancia, no basta con describir la creación artística como un libro, un cuadro o una casa, es crucial conocer las características específicas de cada producto cultural, ahí es donde reside la creatividad de cada productor.
Estas condiciones son necesarias, pero no son suficientes para discutir el fenómeno de la creación artística. Hace falta preguntarse también "¿porqué?" La mayoría teme a esta pregunta y prefiere invertir toda su energía en responder acerca del "cómo". Sin embargo, los artistas más críticos son capaces de lidiar con los fundamentos de su actividad, al grado de reflejarlos con toda transparencia en sus creaciones.
Cuando los artistas y el público se preguntan porqué necesitan productos culturales, se amplía notablemente el horizonte de la producción creativa.
Lorenzo Rocha
Si aceptamos la existencia de la industrias creativas, no podemos eludir preguntarnos: ¿qué producen dichas industrias? Quizá deberíamos comenzar por definir lo que es una industria. La industria es un conjunto de medios de producción, si su fin es la creatividad, entonces dicha industria deberá reunir todos los medios necesarios para la producción artística: todos los medios materiales y recursos humanos que son indispensables para la actividad económica creativa.
La mayoría de las obras de arte y de los proyectos arquitectónicos resultan de la reflexión en torno a una premisa. En el caso de los artistas, las premisas son abiertas y dinámicas, en cambio las premisas que dan lugar a los proyectos arquitectónicos, aunque son complejas, derivan de la necesidad concreta de espacios para desarrollar actividades.
Hace unos días me fueron planteadas algunas preguntas en torno a la creatividad: ¿Qué estado mental se necesita para desarrollar una idea para un proyecto, para componer una pieza musical, para escribir una oración o verso, o para una nueva teoría? ¿Cómo se consigue el acceso a dicho estado mental? En realidad son preguntas que cada persona respondería de modo distinto, ya que se relacionan con la metodología de trabajo de cada persona y ésta a su vez se relaciona con la rutina diaria de cada artista.
Las respuestas en sí mismas pueden resultar extremadamente banales, lo importante es aquello que se produce como solución a una premisa. Solemos poner demasiada atención al "cómo". Al modo en que cada autor, artista o arquitecto responde a los planteamientos de sus contrapartes: los editores, curadores o clientes. El "qué" por sí mismo carece de importancia, no basta con describir la creación artística como un libro, un cuadro o una casa, es crucial conocer las características específicas de cada producto cultural, ahí es donde reside la creatividad de cada productor.
Estas condiciones son necesarias, pero no son suficientes para discutir el fenómeno de la creación artística. Hace falta preguntarse también "¿porqué?" La mayoría teme a esta pregunta y prefiere invertir toda su energía en responder acerca del "cómo". Sin embargo, los artistas más críticos son capaces de lidiar con los fundamentos de su actividad, al grado de reflejarlos con toda transparencia en sus creaciones.
Cuando los artistas y el público se preguntan porqué necesitan productos culturales, se amplía notablemente el horizonte de la producción creativa.
Lorenzo Rocha
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