No sé por qué razón, casualmente mis mejores maestros nunca me dieron clases formales en el bachillerato ni en la facultad de arquitectura. Las personas de las que más he aprendido, han sido amigos, colegas y profesores a los que he asistido. También por coincidencia, no todos ellos han sido arquitectos y los que lo han sido, no se dedicaban directamente al proyecto y la construcción de edificios.
Sin duda, el maestro más importante que he tenido es Kenneth Frampton, el historiador inglés de arquitectura. Trabajé como su asistente en los cursos de cuarto año y titulación en la Academia de Arquitectura de Mendrisio, Suiza de 2000 a 2002. Frampton no me preparó para las clases, yo simplemente asisitía a sus lecciones, le llevaba café y a veces le ayudaba poniendo al corriente a los alumnos menos aventajados, ya que él vivía en Nueva York y solamente visitaba la academia durante una semana al mes. El curso contaba con otros tres profesores muy bien preparados y con mayor experiencia que yo: Peter Felix, Silvia Milesi y Laura Peretti, también a ellos les ayudaba con mucho entusiasmo. Del maestro no aprendí muchos datos ni aforismos, de nuestra agradable convivencia lo más importante que aprendí fue su forma de pensamiento crítico, su humildad y honestidad. Cuando venía algún profesor a visitarnos y nos daba una charla, el maestro tomaba más notas que los estudiantes, nunca interrumpía, ni se perdía una conferencia.
Según Frampton los edificios no pueden ser representados adecuadamente solo con fotografías y ciertamente jamás en una sola imagen. Mediante los dibujos y fotografías es posible comprenderlos mejor, pero la información acerca de la obra, no es nada comparada con la experiencia háptica del edificio, cuando es posible visitar personalmente el sitio donde se encuentra. La percepción de la arquitectura es una experiencia personal e individual, es diferente segun la hora del día, el clima, las estaciones del año y está ligada al tiempo de manera indisociable. La experiencia del espacio se relaciona tanto al tiempo cotidiano, como a la actualidad y a su momento histórico. Si se visita un edificio más de una vez en el mediano y largo plazo, lo cual es muy recomendable, tal vez podremos sentirnos conmovidos por éste en la primera visita, decepcionados en una segunda ocasión y quizás emocionarnos nuevamente en una tercera visita.
La visión de Frampton ha sido fundamental para construir mi opinión respecto a la arquitectura moderna, su libro "Historia crítica de la arquitectura moderna", ha sido un texto fundamental en la educación de los arquitectos de mi generación. Me siento profundamente agradecido por lo que él y mis demás maestros me han enseñado. La postura crítica que ellos han adoptado hacia el mundo que nos rodea, es lo único que mantiene en mí la esperanza de que la arquitectura y las ciudades en el futuro pueden ser mejores de como son actualmente.
Lorenzo Rocha
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