El arquitecto guatemalteco Teddy Cruz, quien reside en San Diego desde hace varias décadas, definió acertadamente a la frontera entre México y los Estados Unidos, como “el ecuador político de América”.
Si bien sabemos que geográficamente, la linea imaginaria que divide a los hemisferios Norte y Sur, es el ecuador que atraviesa varios países de Sudamérica (Ecuador, Perú y Brasil), desde los puntos de vista y aspectos económicos, sociales y políticos, la división real es la frontera entre México y los Estados Unidos con sus más de tres mil kilómetros de longitud. Es una división que marca con crudeza las desigualdades que prevalecen entre la riqueza y la pobreza, la paz y la violencia, el bienestar y la miseria.
Estas desigualdades son aún más agudas ahora que la frontera entre ambos países permanece cerrada, desde el mes de marzo. Los estadunidenses argumentan que las razones son sanitarias, la protección contra el virus Covid 19 y sus variantes más recientes y contagiosas. El cierre limita el paso fronterizo a cualquier migrante temporal o permanente que no tenga justificación de cruzar por una actividad que sea esencial e irremplazable para los intereses del país.
El cierre no ha impedido que grandes cantidades de migrantes crucen diariamente de modo ilegal, aun en mayor número que antes de la pandemia mundial. Sin embargo, las ciudades fronterizas mexicanas se encuentran al borde de una crisis humanitaria sin precedente, ya que los extranjeros que pretenden cruzar a los Estados Unidos, para solicitar asilo político, que provienen del sur y el centro de América, de las Antillas e incluso de África, se han quedado varados en dichas ciudades. Tijuana, Ciudad Juarez, Mexicali, Matamoros, Piedras Negras y otras más pequeñas como Acuña, Reynosa, Nogales y Nuevo Laredo, se encuentran colapsadas, con gente acampando en las calles. Este cierre sin sentido claro, ya que por vía aérea cualquiera puede acceder, también ha afectado a la economía de las ciudades en la parte estadunidense. Pero al parecer la frontera no se abrirá sino hasta el final del mes de septiembre.
Lorenzo Rocha
No hay comentarios:
Publicar un comentario