jueves, 23 de septiembre de 2021

NOMOS

Es curioso que nomos no sea una palabra en español, sino una raíz griega de la cual derivan gran cantidad de términos en nuestra lengua como: economía, antinomia, autónomo, agrónomo, astrónomo y una larga lista de conceptos ligados a lo normativo y al conocimiento.

La economía es una parte esencial de las relaciones humanas, no significa  simplemente el dinero o los bienes materiales, su raíz etimológica nos dice mucho más. La palabra deriva del griego oikos (casa) y nomos (orden), por lo tanto sería la ciencia que busca el orden de la casa y del patrimonio, los cuales son bienes materiales que responden a la organización social básica: la familia. Es de allí de donde se extrapola la ciencia económica y se utiliza a escala estatal y después mundial. 
Pero la raíz griega nomos se refiere al lugar dominado por leyes específicas o que ha sido conquistado: el territorio, la ciudad. El nomos nos informa sobre el hecho de que la ley descansa sobre los avatares humanos, sobre su historia, sus situaciones vitales concretas y contingentes. Así que como concepto, el nomos se relaciona estrechamente con el urbanismo, pero desde el punto de vista sociológico, no como diseño urbano sino en su parte  sociológica. En este campo, la autonomía es crucial, es la facultad de gobernarse a sí mismos, sin depender de una autoridad superior, dictando sus propias normas, sin necesidad de aval externo alguno.
Por otra parte está la antinomia, que describe la situación en la cual las leyes se encuentran en conflicto o en contradicción entre ellas. Principios racionales, ideas o actitudes opuestas que se resisten a ser conciliadas. En los estudios territoriales estos casos son muy frecuentes, especialmente cuando dos entidades o personas reclaman derechos sobre una misma parcela de tierra, uno por leyes vigentes y el otro por tradición o por costumbres y usos ancestrales. Esto nos muestra que las leyes no aplican por igual para todas las personas.
También las intersecciones entre distintas ciencias constituyen antinomias en sí mismas, como cuando hablamos por ejemplo de teología política o de geografía social, que son campos de estudio que mezclan conceptos de modo problemático.
Lorenzo Rocha

 

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