jueves, 13 de febrero de 2025

ESPACIO GENÉRICO

En 1995 el arquitecto holandés Rem Koolhaas publicó el libro “S, M, L, XL. Dentro de esta obra icónica, se encuentra un manifiesto sobre la pérdida de identidad urbana titulado “Generic City”, que plantea una ruptura entre la sociedad y la historia.
Hace tiempo que el progreso tecnológico de la construcción no ha jugado un papel protagónico en el desarrollo arquitectónico vanguardista. Ha habido una aceptación tácita de la naturaleza homogénea de los espacios habitables. Las tiendas, oficinas, aeropuertos y restaurantes por todo el mundo ha recurrido a una misma solución constructiva: la estructura ligera de acero, recubierta de materiales aislantes y un diseño interior flexible y artificial. Esto es lo que conocemos como espacio genérico, el cual solo se diferencia y adquiere una cierta identidad a partir de las variaciones que los arquitectos de interiores le otorguen.
También ha proliferado el uso readaptativo de las estructuras flexibles cuyos usos han caído en la obsolescencia. De este modo, antiguas sedes de dependencias gubernamentales o de empresas que han cesado sus actividades, cada vez se utilizan más para exposiciones de arte e incluso para eventos sociales.
La semana pasada, nuestra ciudad se vio materialmente inundada de personas interesadas en el arte contemporáneo. A partir de la feria MACO, han surgido múltiples eventos que reúnen a artistas que se agrupado para promover su trabajo. Me pareció significativo que Clavo, una asociación que se ha ido consolidando con los años, eligió llevar a cabo su propia feria en las instalaciones de la antigua Escuela Técnica del Sindicato Mexicano de Electricistas, un edificio moderno de los años setenta del siglo pasado, que cuenta con espacios fácilmente adaptables que podría bien considerarse como un paradigma de lo genérico. Sin embargo, la presencia de las piezas de arte y sus creadores en su interior tuvo la capacidad de re significar la esencia de un edificio que cayó en desuso y el modo que los artistas pudieron adaptar este espacio a un uso radicalmente distinto del original, sin que existiera ningún impedimento para el correcto desarrollo de sus actividades. Más aun, el supuesto anonimato del espacio contribuyó positivamente a la experiencia sensorial. 
Lorenzo Rocha

 

jueves, 6 de febrero de 2025

ALTÉPETL

El mito maya de la creación del mundo, tal como se narra en el Popol Vuh, la recopilación clásica de textos sobre la cosmogonía mesoamericana, consiste en la creencia de que después de la creación de la tierra, su entera superficie estaba cubierta por agua.


La noción mesoamericana sobre la esencia del territorio, su relación con la mitología y sus representaciones, resulta de su concepción del Altépetl, cuya etimología es “montaña de agua”. Según este maravilloso difrasismo, todo lugar ocupado por un grupo humano, resulta de su origen como tierra que emergió del agua, representada por una deidad y correspondiente a su toponímico. De ese modo, las palabras que sustituyen a la raíz Al, nombran las tierras y montañas contenidas en el término Tépetl.

Dichos territorios, organizado en torno a los Calpulli las unidades de explotación agrícola y gobernados por los Tlatoani o los representantes de la deidad particular, tuvieron su mayor auge desde la fundación de Tula en el año 1168 hasta la fundación de la gran Tenochtitlán en 1321, capital del llamado “Imperio Mexica”, que no fue más que la organización tributaria de múltiples Altépetl: la Triple Alianza entre los territorios de Texcoco, Tenochtitlán y Tlacopan, gobernados por Moctezuma Xocoyotzin.

La representación pictográfica de los tres Altépetl que formaron a la Triple Alianza alude a los toponímicos de los tres territorios que lo componen, los cuales son de gran riqueza expresiva dentro de la cosmogonía mesoamericana, con los dibujos que las distinguen en particular, en los cuales las montañas se colocan por encima de las entrañas de la tierra y debajo de ellas, se encuentra el agua de la cual emergieron. Dichas representaciones se elaboraron según las características étnicas, políticas y culturales de las poblaciones que las componen. Este dibujo forma parte del Código Osuna, realizado en el año 1565 durante el virreinato de Luis de Velasco. En documentos como éste, que sobreviven hasta ahora, se puede constatar un orden territorial muy complejo en el que no se distingue con claridad ninguna separación entre lo que hoy entendemos como gobierno y religión.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 30 de enero de 2025

PREJUICIOS

En la filosofía platónica existe un ideal de belleza, un prototipo ejemplar, al que tienden ciertas formas de la realidad en continua búsqueda de la belleza en sí misma.


El desgaste del lenguaje, provocado en gran medida por el uso político y publicitario de ciertas palabras como: belleza, bienestar y bondad, ha dado lugar a una desconfianza en ellos entre las personas que piensan y discuten sobre la realidad urbana. Se escuchan frecuentemente reacciones de sospecha y acusaciones de elitismo, cuando alguien habla públicamente de la belleza y el bienestar. Está claro que este fenómeno es explicable desde el punto de vista de las reacciones lógicas contra el pensamiento hegemónico, masculino y blanco, que ha establecido una normalidad excluyente. Sin embargo, no todos los deseos de mejorar el entorno construido deben considerarse de antemano antropocéntricos y  chauvinistas, sin meditar más a fondo los ideales que representan.

Si se descartan por las apariencias, o bien por la filiación de quién los enuncia, a fin de cuentas será por los prejuicios que se han convertido en ataduras para el libre pensamiento. En términos llanos: ¿Quién está en contra de vivir en un entorno más habitable que el actual? ¿Cómo se pueden mejorar las ciudades y las casas si no se tienen objetivos claros?

Parte del problema, es sin duda la demagogia que ha estado detrás de los adjetivos connotativos de todo aquello relacionado con la bondad, que han llegado al extremo de confundirse con justamente lo contrario de ésta.

Hoy en día considero una actitud valerosa la que asumen las personas que defienden estos conceptos, a pesar de ser tildados de románticos, inocentes, o acusado de mentir. Muy en el fondo aún existe la posibilidad de la belleza, de la armonía, de la igualdad, a pesar de que las ciudades, especialmente la nuestra, se encuentren muy por debajo de los mínimos necesarios para ser habitables.

Lorenzo Rocha

 

viernes, 24 de enero de 2025

INCLUSIÓN

La convención de los derechos de las personas con discapacidad, auspiciada por la ONU desde 2006, tiene como propósito: "Promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.

Dentro de las ideas del movimiento moderno que caracterizaron a la arquitectura y el urbanismo de a segunda mitad del siglo XX, estuvieron la belleza, la pureza y el orden. Estos conceptos se originaron en la abstracción que el funcionalismo adoptó como tendencia artística y plástica. Con ello, muchos arquitectos y urbanistas se alejaron de la diversidad de las identidades y de las auténticas necesidades de las personas para quienes proyectaron ciudades y edificios. Se puede decir que nuestras ciudades están fundadas siguiendo principios excluyentes.

Los arquitectos modernos rechazaron la idea de que su disciplina es una actividad contingente, que literalmente toca y pone en contacto a sus creadores con los habitantes de los espacios producidos. Es obvio que en la realidad urbana no todo es ideal y no existe un ser humano universal. Se deben tomar ciertos parámetros ergonómicos y físicos que si se pueden considerar como promedios estadísticos útiles para el trabajo de los profesionales. Pero no se puede dejar a fuera a nadie, aunque sea la minoría.

Nuestra ciudad es excluyente, sus transportes públicos, sus aceras, parques y edificios públicos no toman en cuenta a quienes se encuentran en desventaja por cualquier tipo de discapacidad física o mental. La sociedad mexicana ha dejado fuera y con con muy escasas posibilidades a sus miembros que carecen de autonomía y capacidad total de desplazamiento.

No es el caso de ciertos organismos no gubernamentales, de fundaciones, clínicas y centros que sí atienden a quienes pertenecen a cualquier grupo que se encuentra con capacidades disminuidas en cuanto a la vista, el oído, la movilidad y cualquier otra diversidad funcional.

Existe una red de museos en la ciudad que han transformado sus programas educativos, entre los que se cuenta el Museo de arte popular, el Museo del Templo Mayor y muchos otros más, los cuales se atiende a personas con discapacidad y no solo en el interior de sus recintos sino también llevan a cabo actividades culturales en hospitales y centro de atención.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 16 de enero de 2025

PRIVATIZAR LO PUBLICO

El arte público y el uso popular del espacio se conciben como maneras en las que el estado genera bienestar e igualdad social, como formas de democracia cultural, impulso económico y mejoramiento de la vida ciudadana. Sin embargo, la comercialización del espacio público genera efectos contrarios a los pretendidos.

Desde hace varias décadas ha estado en discusión el problema del control que algunas entidades privadas ejercen sobre el espacio público urbano. Las plazas de acceso de casi todos los edificios de oficinas están controladas por los empleados de seguridad privada que los custodian. La publicidad exterior que cubre las vallas de casi todos los terrenos baldíos y los anuncios “espectaculares”, son usos cuestionables de dichos elementos de cierre, ya que invaden visualmente a la vía pública y se lucran con ella.
En toda esta operación, el gobierno es partícipe, ya que cobra derechos por la mayoría de dichos usos e incluso concesiona las calles para la realización de eventos temporales como mercados, ferias y carreras deportivas.
Esta claro que el gobierno de la ciudad de México se ha asociado con las empresas que promueven estos usos y las que anuncian sus productos en ellas. Por ejemplo, los organizadores del Maratón de la ciudad que se lleva a cabo cada año. No se trata de ninguna práctica ilícita en sentido estricto, sin embargo, cuando estas alianzas no se llevan a cabo de manera democrática ni transparente, pueden afectar la gobernanza de la ciudad a nivel de la percepción del espacio público y su regulación. Muchos ciudadanos sufren las consecuencias del corte de vialidades e invasión repetida de aceras y plazas, por no decir la afectación a la estética de la ciudad en la forma de contaminación visual por parte de la publicidad, la cual no contribuye al interés público sino privado. 
Lorenzo Rocha

 

jueves, 9 de enero de 2025

ESPACIO ESCULTÓRICO

En 2024 el Espacio escultórico y el paisaje del Pedregal de San Ángel recibieron Premio Carlo Scarpa, que otorga la Fundación Benetton Studi Ricerche. Al premio le acompaña una exposición y un catálogo con fotografías, textos y análisis de muy alta calidad.


En 1979 un grupo de seis escultores compuesto por: Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz, Hersúa, Sebastián y Federico Silva, fueron comisionados por la UNAM, para instalar obras de arte en la reserva ecológica del Pedregal de San Ángel. Los artistas trabajaron de manera colectiva para diseñar un espacio circular de 120 metros de diámetro delimitado por 64 prismas triangulares realizados en concreto armado. El espacio circunscrito es simplemente el suelo original del lugar cubierto de lava volcánica y de múltiples especies endémicas de flora y fauna. El proyecto provoca reflexiones en multiples niveles, desde aquellos plásticos y estéticos, hasta los aspectos del paisaje en el contexto urbano. El Pedregal de San Ángel un area natural considerada por mucho tiempo como inútil para la agricultura e incluso para la urbanización, se transformó en la segunda mitad del siglo XX en suelo muy cotizado para las promociones inmobiliarias. Gracias a la UNAM, se ha podido conservar una parte de este paisaje como reserva ecológica, por este motivo el Espacio escultórico se ha convertido en un símbolo de dicha transformación.

Los artistas publicaron un manifiesto un año después de concluir la obra, en cual adoptaron una postura crítica contra el arte público y sus relaciones con los poderes políticos y económicos. En el texto reivindican el derecho de los habitantes a la belleza en la ciudad. Los seis artistas se declaran como individuos que “intentaron poner en práctica principios olvidados por cientos de años, buscar hacer del arte un gran acontecimiento para todos y para siempre, superando, al menos en esta experiencia, el voluntarismo individualista autosuficiente y caduco.”

La obra es sin duda un ejemplo muy interesante de un tipo de arte que invita al uso social del espacio, a las reflexiones ecológicas y al trabajo colectivo por encima de las consideraciones específicas de ninguno de sus creadores en particular, los cuales cedieron la autoría al grupo para permitir una obra de arte protagonizada por el lugar de su construcción.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 2 de enero de 2025

CIUDAD SIN FIN

En 1971, el grupo radical italiano Archizoom, publico su proyecto No-stop City, una estructura que cubriría grandes superficies y borraría las diferencias habituales entre el espacio interior y exterior.

Andrea Branzi (1938-2023) fue un arquitecto italiano que desde muy joven buscó aplicaciones radicales del diseño. En 1966 fundó Archizoom con Gilberto Corretti, Paolo Deganello, Massimo Morozzi, y la pareja de Dario y Lucia Bortolini, colegas suyos que estaban inconformes con las representaciones arquitectónicas de la época.

Sus ideas se relacionaban con la disolución de la ciudad y de los edificios como objetos aislados. Desde aquella época, la climatización artificial y la flexibilidad estructural permitían, como ahora, la construcción de grandes estructuras y superficies diáfanas que funcionan sin constituir formas singulares, ni ser innovadoras tecnológicamente, como es el caso de los supermercados, pabellones industriales y edificios para oficinas. Los miembros de Archizoom, visualizaron estructuras a nivel paisajista y territorial en cuyo interior los habitantes, una sociedad neo-primitiva, podía ocupar espacios libremente con instalaciones habitables efímeras y llevar una vida simple y natural, sin la necesidad de ropa ni mobiliario.

De ese modo, la ciudad se habría transformado en un gigantesco edificio sin principio ni fin, que en situación extrema daría la vuelta al planeta entero, borrando los límites entre ciudad y campo, vivienda y espacio público, en fin, un hábitat continuo y anónimo, en el que la población se dedicara a gozar la vida sin inhibiciones.

El fenómeno contra-cultural de esta época, en el que se identifican otros grupos como Superstudio y Archigram, se dedicó a cuestionar irónicamente al modernismo arquitectónico urbano. Sin pretender que sus diseños se llevaran a cabo, fueron proyectos concebidos como distintos modos de critica social. La paradoja que plantean, aunque debe tomarse con las reservas de su naturaleza radical, es la desaparición de los límites entre lo urbanizado y la naturaleza, el espacio público y privado. Ahora existen algunas megaestructuras o “Islas urbanas”, grandes complejos comerciales y habitacionales que parecen no terminar nunca, pero no llegan a parecerse en absoluto a estos proyectos utópicos.

Lorenzo Rocha

 

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