jueves, 31 de diciembre de 2009
PAISAJE URBANO
No se pierdan la entrevista con Fernanda Canales hoy en Paisaje Urbano (Canal 40, cable 140) y por Internet en www.proyecto40.com.mx
TRES CULTURAS
El espacio, hoy, es una estratificación de tiempos y lugares.
Mientras la utopía se encarga de reflexionar sobre los lugares inexistentes —como aquel lugar imaginario donde reside nuestra imagen al reflejarnos en un espejo—, la heterotopía lidia con los otros lugares, o mejor dicho, con el lugar de lo “otro”.
El espacio contemporáneo es una estratificación, se forma de capas superpuestas de tiempos y lugares, de ahí su similitud con la heterotopía, a diferencia del espacio moderno, que se parece más a la utopía, ya que parte, de la tabula rasa.
Un espacio en la Ciudad de México que reúne todas las características de la heterotopía es sin duda la Plaza de las Tres Culturas, en el centro de Tlatelolco. Ahí podemos observar la historia cultural de nuestro país resumida en una especie de cala arqueológica, donde no está expresado el presente, ¿o será quizas que el presente no tiene mayor referente que la superposición de los espacios del pasado?
Los tres componentes de la arquitectura de la plaza representan alguna cresta en la marea cultural que compone nuestra identidad: los templos de Tlatelolco, ciudad hermana de Tenochtitlan, el convento e iglesia de Santiago, de la época colonial y el conjunto habitacional multifamiliar que representa el México moderno de mediados del siglo pasado.
Todos los espacios han sido de algún modo sacralizados, por su significado religioso, político o social, sin embargo todos se encuentran cargados con tristes y sangrientos episodios. Se trate de la guerra de la conquista, la santa inquisición, la matanza del movimiento estudiantil de 1968, o el terremoto de 1985, no implica gran diferencia en el resultado del nuevo paisaje urbano. Sin embargo, en Tlatelolco parece que aún falta algo más por venir, tal parece que la reciente presencia de un centro cultural universitario dentro del edificio que otrora fuera la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, crea una leve distopía que anticipa la manifestación física de otro tipo de espacio más. Un espacio que seguramente ya no es arqueológico, ni histórico, ni moderno, pero que aún no anuncia lo que será.
Lorenzo Rocha
viernes, 25 de diciembre de 2009
TAJÍN
Un centro urbano (religioso-político-comercial) con más de 180 edificios de los cuales solamente se han desenterrado 40 de ellos, nos hace pensar en la vida de una remota ciudad rodeada por la selva huasteca, donde habitaron los Totonacas hace quince siglos.
No hay imagen mental más fuerte de aquello que frecuentemente llamamos lo “otro”, que una civilzación tan desarrollada que no conoció nada de lo que ahora es esencial para la vida urbana del mundo occidental, ya que al igual que muchos otros sitios ceremoniales mesoamericanos de la antigüedad, el Tajín (Ciudad o lugar del trueno, en lengua totonaca) se encontraba despoblado desde al menos doscientos años antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Nuestro espacio urbano en la actualidad no puede prescindir de los elementos arquitectónicos, equipamientos y mobiliario que apenas hace dos siglos años ni siquiera existían. Queda muy poca gente con vida que pueda recordar un tiempo en el que casi no circulaban automóviles por las avenidas y el Ángel de la Independencia era el límite de la traza urbana, sin embargo, así era la ciudad de México hace noventa años, cuando nadie había oído hablar de cosas tan comunes ahora, como pueden ser la televisión y la informática.
Si nos cuesta trabajo imaginarnos esta escena, entonces es casi imposible imaginarse cómo pudieron ser las ciudades prehispánicas. Afortunadamente, los vestigios arqueológicos –la única señal que nos permite combatir la fuerza del tiempo, que devora todo lo que el ser humano produce– nos permiten hacer el ejercicio de intentar situarnos en contextos urbanos y sociales que hace mucho tiempo desaparecieron.
Si nos colocamos en medio del “juego de pelota” mirando hacia la Pirámide de los Nichos como remate, por un momento nos podemos sentir un efecto contrario, como si estuviéramos en un espacio urbano extremadamente moderno, y entonces el ejercicio de imaginar el pasado se puede transformar repentinamente en una sensación de que nos encontramos en un tiempo futuro.
Lorenzo Rocha
domingo, 20 de diciembre de 2009
Espacio público/privado
Alquilar el espacio público a empresas privadas para comercio y eventos promocionales, en principio no tiene nada de malo, sobre todo por que es una práctica legal. Es un fenómeno que vemos frecuentemente en cafés y restaurantes que colocan mesas en la vía pública, por ejemplo, o los pabellones instalados durante las ferias de libros. Tampoco es criticable que el Gobierno del Distrito Federal se apoye en la iniciativa privada para proveer eventos de entretenimiento para la ciudadanía, sin recurrir al dinero de los contribuyentes. Durante el mes de diciembre, el Paseo de la Reforma se ha convertido en un monumental escaparate para la publicidad de productos de empresas privadas como Pepsi, Banorte, Lala y muchas más, ofreciendo espectáculos navideños de los cuales el más destacable es el “árbol” (una estructura tubular de 140 metros de altura) que se jacta de ser el más alto del mundo.
Lo criticable de esta presencia de marcas y símbolos corporativos en la vía pública es que, por su magnitud, resultan una intrusión visual que vulnera el sentido público de identidad en un espacio que es tan representativo para la vida nacional. En Reforma marcharon ejércitos y se conmemoró el centenario de nuestra independencia. También alli sucedió una de las protestas populares más significativas para nuestro país de los últimos años, el “plantón” que cuestionaba los resultados electorales del 2006, durante el cual la avenida fue tomada por espacio de mes y medio.
Cuando transitamos en estos días por la ancha avenida, nos sentimos más en un centro comercial que en un espacio público. El árbol es, en estos momentos, el hito más notable del paseo, relega a segundo plano a la columna y Ángel de la Independencia y bloquea la vista del Castillo de Chapultepec. En diciembre Reforma está pintada de tres colores, dos de ellos coinciden con el emblema tricolor –el blanco y el rojo– pero los capitalinos hemos vendido al azul, el lugar que legítimamente le corresponde ocupar al verde.
Lorenzo Rocha
jueves, 10 de diciembre de 2009
AGUAS
Todo lo que el corazón desea puede reducirse siempre a la figura del agua, escribió Paul Claudel en Positions et Propositions.
El agua fue protagonista del paisaje de la Ciudad de México hace mucho tiempo, antes de que los lagos fueran desecados. Cuando admiramos la figura de Tláloc en el mural “El agua, origen de la vida” —pintado y esculpido por Diego Rivera en 1951 y recientemente restaurado— nos damos cuenta del modo como ha cambiado la visión de la tecnología hidrológica en los sesenta años que han pasado desde su inauguración. Las obras públicas en tiempos del muralismo servían, como ahora, para satisfacer las necesidades de infraestructura de la metrópolis mexicana. Sin embargo, los arquitectos e ingenieros de esa época, en especial Ricardo Rivas, quien diseñó el edificio para albergar el cárcamo donde llegaba el agua del río Lerma, procuraban satisfacer la necesidad estética de la población además del aspecto técnico de la construcción. Actualmente se puede seguir contemplando esta interesante obra, aunque ya no cumple con la función para la que fue diseñada originalmente, ya que el agua que consumimos hoy los más de 20 millones de habitantes de nuestra megalópolis ya no llega sólo de Lerma, sino de todo el sistema Cutzamala. El hecho de que la obra de integración plástica realizada por Rivera trascienda el objetivo principal del conjunto, basta como demostración de que las obras públicas deberían seguir buscando integración con el arte.
El arte público en nuestra ciudad escasea, afortunadamente no tanto como el agua. En todo caso, quizá se le puede aplicar al arte la ley básica de la imaginación material, tal como la explica Gaston Bachelard en El agua y los sueños, un libro fundamental para la comprensión del significado filosófico del preciado líquido: “Para la imaginación material la sustancia valorizada puede actuar, aun en ínfima cantidad, sobre una gran masa de otras sustancias”. Quizá sea esta la razón por la cual para el bautismo se requiere solamente de un pequeño cuenco de agua bendita, que representa todo el cauce del río Jordán.
Lorenzo Rocha
PAISAJE URBANO
Hoy participa el artista Santiago Borja con la pieza "El efecto Breton".
No se lo pierdan a las 18:55 en Proyecto 40 (canal 40, cable 140)
jueves, 3 de diciembre de 2009
ARTE PÚBLICO
Tradicionalmente, durante el movimiento moderno, la mayor parte del arte que se encuentra en el espacio público urbano se ha resuelto mediante la escultura monumental. Por ejemplo, en Estados Unidos la ley obliga a los constructores a destinar cinco por ciento del presupuesto de cualquier edificio público a una pieza de arte. Así es como han aparecido en Chicago o Nueva York tantas esculturas de artistas desde Picasso y Miró, hasta Dubuffet, Calder y otros tantos más. La saturación de esculturas en los atrios de los rascacielos es tal que la mayoría de los transeúntes las ignoran al pasar.
La escultura monumental más conocida de la ciudad de México es el “Caballito”, de Sebastián, que sustituyó a la estatua ecuestre de Felipe II en el cruce de las avenidas Reforma y Juárez. Últimamente ha crecido su prestigio, el modernismo ya es una moda retro, incluso he escuchado decir a algún artista joven: “Es un buen tono de amarillo”. El concepto más sofisticado del arte público en la actualidad, que se orienta más hacia la intervención o el performance, ha rebasado intelectualmente a las esculturas corporativas, sin embargo, se parece en algo a éstas: el público puede verlas, pero las ignora. De este modo, alguna palabra escrita sobre un muro, un paso peatonal trazado de modo extraño, piezas disfuncionales de mobiliario urbano, constituyen lo más novedoso del arte público. Incluso si se nos acerca algún mendigo, podría tratarse de una manifestación artística, como aquellos de la pieza “Ópera del mendigo”, de Dora García (inspirada en John Gay y Bertolt Brecht, en inglés: Beggar’s Opera, ver: www.thebeggarsopera.org) —performance en el cual la artista contrató a un grupo de actores callejeros para hacer de mendigos e interactuar con el público del festival, sin que éste lo supiera—, la cual fue presentada en el Proyecto de Escultura de Munster del año 2007. Todo esto nos confirma que el arte en el espacio urbano es para todo el pueblo, aunque sólo unas cuantas personas ilustradas lo puedan disfrutar.
Lorenzo Rocha
jueves, 26 de noviembre de 2009
PAISAJE URBANO
No se pierdan hoy jueves a las 18:55, la cápsula "Paisaje Urbano", conducida por Lorenzo Rocha.
Proyecto 40, Canal 40, Cable 140
SURREALISTA
De la legendaria anécdota sucedida al artista y teórico francés André Breton con un carpintero mexicano —durante su estancia en México hacia el final de la década de los treinta— deriva parcialmente su exclamación: “México es el lugar surrealista por excelencia”, frase que ha permeado en el lenguaje popular con un significado muy distinto del que tuvo originalmente.
Hoy en día se dice que México es surrealista por situaciones inverosímiles que suceden a diario (violencia, corrupción, burocracia, etc.), lo cual tiene poco que ver con el espíritu de dicho movimiento artístico, al que se refería Breton. Sin embargo, más allá de las anécdotas y aforismos, cuyo apego a los hechos es difícil de comprobar, en efecto los artistas del surrealismo hacían una distinción clara entre una persona que producía obras surrealistas y un individuo surrealista en sí mismo, aquella persona capaz de soñar con los ojos abiertos. Basta recordar el caso del poeta inglés Edward James, un hombre a todas luces surrealista, quien mientras construía Las pozas —su célebre jardín de cemento en Xilitla— despidió a un trabajador que osó interrumpirlo para preguntarle algo mientras el poeta hablaba con una flor. Los surrealistas, en particular Salvador Dalí y Luis Buñuel, se percataron que para ver más allá de la realidad no había que esforzarse excesivamente, bastaba con cerrar los ojos. James, como mecenas de muchos artistas surrealistas como el mismo Dalí, Man Ray y René Magritte, fue protagonista de este periodo histórico. De los retratos encargados a Magritte han trascendido al menos dos, que son parte del imaginario modernista, uno de ellos deriva de la fotografía del propio James, tomada por Man Ray (donde Magritte sustituye el rostro del poeta por un resplandor intenso), el otro, titulado “La reproducción prohibida” (en francés “La réproduction interdite”, 1937), que muestra a James de espaldas viendo su imagen en un espejo donde también aparece de espaldas, ha inspirado a más de un cineasta contemporáneo, sobre todo los del género de terror.
Lorenzo Rocha
jueves, 19 de noviembre de 2009
TRES ECOLOGÍAS
En el mundo actual es posible identificar tres tipos de ecologías: material, social y espiritual, advertidas desde hace décadas por el filósofo francés Félix Guattari. Sin duda nos encontramos ante un proceso de ecologización del planeta, aunque su proceso nos parezca demasiado lento y accidentado. Como ha escrito Michel Maffesoli: “A la ecologización del mundo debe corresponder una ecología del espíritu”. Sea por desesperación o por voluntad, la sociedad necesita volver a valorar su relación con la naturaleza, no existe otra vía posible para la subsistencia de la raza humana.
Prueba de este espíritu latente, son las publicaciones que constantemente aparecen en torno a la temática ecológica, cada vez desde ángulos más especializados y profundos, como el concepto de “Nueva Babilonia”, aparecido en el reciente libro de José Antonio Aldrete-Haas: "La reconstrucción del paraíso" (Pramana Press, 2009). En el texto se debate la supuesta deshumanización del mundo debida al conocimiento científico, tesis del psicólogo alemán Carl Jung. El autor sostiene la subsistencia de un espíritu ecológico animista que subyace aún en el alma de todas las personas (no sólo de las comunidades indígenas), incluso en aquellas que se comportan de modo extremadamente racional, como los habitantes ilustrados de las grandes urbes del mundo desarrollado.
Mediante una serie de proyectos utópicos llamados “Paisajes construidos”, Aldrete-Haas imagina un nuevo tipo de arquitectura y urbanismo donde “los jardines [de la Nueva Babilonia] no serán espacios residuales, sino protagonistas de las ciudades”.
Es alentadora la frecuencia con la que leemos y escuchamos opiniones acerca de la apremiante necesidad de respeto a la naturaleza. Desgraciadamente, la sociedad se rige aún por la ominosa ley del lucro, y el libre mercado sigue teniendo al equilibrio ecológico como un elemento subordinado a intereses económicos.
No queda más que sumarse al esfuerzo de tantas personas que, como Aldrete-Haas, comienzan el proceso de ecologización del espíritu.
Lorenzo Rocha
lunes, 16 de noviembre de 2009
ARQUITECTURA EN VIDEO
jueves, 12 de noviembre de 2009
SIN TEXTO
Todo montaje expositivo genera un contexto para las obras de arte, y a su vez las propias obras se convierten mutuamente en parte de sus contextos. La exposición inaugurada esta semana en la sede de la Fundación/colección Jumex en Ecatepec plantea un uso del espacio que establece relaciones insólitas entre las piezas presentadas, relaciones que, de no estar reunidas las obras, simplemente no habrían existido. Michel Blancsubé, curador de la exposición, le ha puesto el título Les enfants terribles en referencia al título de la novela de Jean Cocteau de 1929, pero no es el título ni la disposición espacial de la muestra los elementos que dan carga violenta y política a las piezas mostradas en esta ocasión, diría que la tensión espacial se establece por “aquello que no está allí”. Estos elementos invisibles son las expectativas, la sorpresa de lo que los espectadores nos encontramos al llegar a la remota sede de la colección, después de cruzar la Ciudad de México.
Una obra de Gino de Dominicis realizada en 1968, “Triangolo (Invisible pyramid)”, un triángulo marcado en el suelo con cinta negra, viene acompañada de un epígrafe anexo que explica parte de la sensación que trasmite la muestra, el artista comenta sobre su propia obra: “Estoy seguro de que estás y siempre estarás adentro o afuera de este triángulo”.
Sin embargo, la pieza que en mi opinión resume de mejor manera la intención de esta nueva lectura de la colección es “Figuras del pensar: el placer del texto” (2008), del artista mexicano Iñaki Bonillas. En tres repisas de más de diez metros de largo, el artista expone tiras de papel de algodón donde se ven notas, frases subrayadas y garabatos sobre el libro El placer del texto, escrito en 1973 por Roland Barthes, sólo que las páginas están en blanco. Mejor dicho, están todas las notas y gestos característicos que un lector realiza sobre el estudio de un ensayo filosófico como éste que se materializan al eliminar la fuente de donde provienen. El texto al desaparecer adquiere entonces un distinto valor material, como poesía abstracta.
Lorenzo Rocha
jueves, 5 de noviembre de 2009
PROYECTO CIUDADANO
La Ciudad de México está fuera de control. Sólo los habitantes podemos realmente transformar nuestra ciudad.
En la época en que nuestra ciudad se encontraba aún en posibilidades de afrontar el crecimiento geométrico de su población debido a la migración del campo a la ciudad, las autoridades no tomaron las suficientes acciones para planificar el crecimiento urbano que resultó en la metrópolis del presente. El gobierno se ha concentrado, desde la década de los cincuenta, en proveer a la ciudad de las infraestructuras que los propios habitantes no se pueden procurar por sí mismos, siempre a un ritmo más lento que la expansión urbana. Sin embargo, es claro que nuestra ciudad se hizo y se mantiene gracias a las contingencias: a la capacidad de adaptación y auto-organización a todos los niveles, desde el desarrollo inmobiliario formal hasta la gigantesca economía subterránea.
Ha llegado el momento de comprender que el reconocimiento de las características de lo informal puede ser parte fundamental de la débil esperanza de recuperación de la calidad de vida en nuestra ciudad.
Tres ejemplos nos demuestran que el interés y la voluntad de actuar de los ciudadanos no dependen de su condición social y económica, sino del afecto y la identidad que sienten por su lugar de origen y residencia. Un hombre joven que comenzó a reforestar un camellón junto con su padre en la colonia Lomas de Chapultepec desde hace 20 años, por su propia cuenta y riesgo. Una mujer que siembra y mantiene un pequeño jardín de plantas aromáticas en una banqueta de la colonia Polanco y que hace más agradable el paseo a los vecinos. Finalmente, el caso de un hombre mayor retirado, que comenzó con la idea de sembrar hortalizas en una azotea del Centro Histórico cuando era vigilante del edificio y que, tras una larga serie de cartas dirigidas a las autoridades, ahora cuenta con apoyo del gobierno para la instalación de un huerto urbano didáctico, donde sembrará vegetales para su consumo y enseñará a niños y sus familias a cultivar en sus casas.
Lorenzo Rocha
viernes, 30 de octubre de 2009
OUT en el 6o. foro de la Sala de Arte Público Siqueiros
Segunda mesa: Juego e investigación socio-estética
Si es cierto que el arte ya no aspira a cambiar al mundo, ¿cuál
podría entonces ser su papel como generador de experiencias creativas,
excepcionales, lúdicas? Frente al conocimiento utilitarista de nuestro
tiempo, podríamos preguntarnos por la aptitud de ciertas prácticas y
estrategias cognitivas del orden de lo artístico. ¿Hay algunas opciones
para indagar en la vida contemporánea de otra manera? ¿Cómo funciona,
en ese caso, el recurso del método? Con resonancias a un urbanismo
táctico, a una escultura social o a una psicogeografía lúdica, se
revisa en esta mesa la funcionalidad de ciertos conceptos operativos
con los que se pretende estimar la vitalidad de una propuesta.
Office for urban transformation (OUT): Out es
sobre todo una metodología para desarrollar un nuevo tipo de urbanismo
(analizar-soñar-actuar) que trabaja para entender la ciudad, para
descubrir sus cualidades y defectos con métodos hasta ahora
subestimados. Lorenzo Rocha (arquitecto)
www.6forosaps.net
jueves, 29 de octubre de 2009
ARTE POR CORREO
Hoy en día el mundo virtual, que tiene su propio espacio imaginario por donde viajan las imágenes, los textos y los sonidos, parece estar dominado por internet. ¿Cómo se manifestaba este espacio cuando no teníamos acceso a tan masivo medio electrónico? Una revisión del arte previo a la era de internet puede ser la respuesta. Desde esta óptica resulta aún más interesante la exposición recién inaugurada en el Museo de la Ciudad de México. La muestra Arte Correo cuenta con una selección de 200 obras de dicho género, coordinada por el curador Mauricio Marcín. Artistas como Ulises Carrión, Mathias Goeritz, Marcos Kurtycz, Pedro Friedeberg, Maris Bustamante, Mónica Mayer, Manuel Marín, Mauricio Guerrero y Felipe Ehrenberg, entre muchos más, nos muestran su uso del sistema postal como medio para un arte que, entre 1966 y 1987, sirvió como escape al régimen autoritario que en México dio origen a la “Era de la discrepancia”, que paradójicamente fue muy productiva para estos y otros artistas de filiación política izquierdista.
La exposición es impecable en cuanto a su accesibilidad y la documentación que provee al espectador se vuelve una experiencia didáctica sobre el clima de extremo vanguardismo conceptual que se vivió en dicho periodo. Muestra de ello es la parte dedicada al trabajo postal de Felipe Ehrenberg, quien sostuvo una relación epistolar con Alberto Híjar.
Durante la persecución política de la que el artista fue víctima por su participación en el movimiento estudiantil, Ehrenberg comenzó a enviar postales desde Londres a México. La obra se tituló “Arriba y adelante”, consistió de 200 tarjetas postales pintadas a mano que formaban la imagen de una mujer desnuda sosteniendo un balón alusivo al Mundial de fútbol que estaba por celebrarse en México (1970). Una obra con tal contenido contestatario difícilmente habría sido aceptada por las instituciones culturales de la época, por lo que el uso del correo constituyó la creación de un espacio de libertad e independencia en medio de la represión.
Lorenzo Rocha
jueves, 22 de octubre de 2009
PARQUE HUMANO
Peter Sloterdijk, filósofo alemán (Karlsruhe, 1947), que ocasionalmente ha escrito sobre la arquitectura y la ciudad, hace una reflexión profunda en su ensayo Reglas para el Parque Humano. “Lo que se presenta como una reflexión sobre política es en realidad una reflexión fundamental sobre las reglas de manejo de un Parque Humano. Si hay una dignidad de los hombres, que merezca en sentido filosófico ser traída al lenguaje, será sobre todo porque los hombres no son simplemente mantenidos en parques temáticos políticos, sino porque son ellos los que se mantienen allí por sí mismos. Los hombres son seres que se curan, guardan de sí mismos, que generan, vivan donde vivan, un espacio parquizado en torno a sí mismos. En parques urbanos, parques nacionales, parques cantonales, parques ecológicos, en todos lados, deben los hombres formarse una opinión sobre cómo debe ser regulada su conducta consigo mismos”.
Ahora que nos preocupa más que nunca nuestra relación con el medio ambiente, habría que comenzar por recordar que el ser humano es parte de su medio ambiente. Aunque la tradición cultural occidental considere al mundo como un medio para conseguir los fines humanos, la Tierra nos recuerda constantemente que no podemos seguir rompiendo con su equilibrio. Para satisfacer sus necesidades de espacio, el ser humano no puede evitar dañar al medio ambiente, los lugares donde antes había bosques, selvas o lagos, se han transformado en ciudades.
Por definición, el urbanismo es incompatible con la naturaleza. Sería absurdo pensar que debemos poner fin a la urbanización para dejar de dañar al medio ambiente, pero no existe ninguna razón para que no exista cohesión entre ambos. Las ciudades nuevas, si no son eficientes en el manejo del agua, los desechos y las edificaciones, simplemente no podrán subsistir. La urbanística centralizada y especulativa —casi dantesca— que se practica en nuestros tiempos y en nuestras ciudades es indudablemente la antítesis de la práctica equilibrada que urgentemente necesitamos.
Lorenzo Rocha
jueves, 15 de octubre de 2009
LA VIDA EN ROJO
¿Si un espacio lo pintamos todo de un color sigue siendo ese mismo espacio? La experiencia del espacio es sinestética, se percibe por transferencias entre modalidades sensoriales. Nuestros sentidos perciben estímulos sensoriales: visuales, auditivos, olfativos, táctiles y gustativos simultáneamente. El color es determinante para la sinestesia, aunque no cambie las dimensiones físicas del espacio.
Según los rasgos culturales del sujeto, la percepción del espacio es distinta, la proxémica es un rasgo sociocultural y geográfico. En algunas culturas y geografías no se usan colores cálidos en los espacios habitacionales, ya que se consideran opresivos o hacen parecer más pequeñas las habitaciones. Esto es muy claro en una cultura como la mexicana, o bien en Brasil, país de origen de Cildo Meireles, quien expone ahora en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
La instalación “Desvio para o vermelho 1967-1984” (“Desvío al rojo”) consiste en la acumulación de objetos cotidianos en tonos de rojo, coleccionados durante 17 años, con los que el artista acondiciona un espacio que sugestiona nuestra percepción porque nos resulta extraño su carácter monocromático. “Como antítesis al exceso, encontramos la reducción extrema cuya forma más intensa es la monocromía, recurso frecuente a principios del siglo XX como elemento de búsqueda del ‘arte puro’ y que Cildo Meireles carga de simbolismo y connotaciones no artísticas”.
En esta descripción de Guy Brett, curador de la exposición, parece ignorarse el hecho de que la instalación consta de dos espacios, uno en el que se encuentran los objetos cotidianos y otro poblado sólo por una botella de un líquido rojo, una gran mancha en el suelo del mismo color y, al fondo, un lavabo de donde sale un líquido que bien parecería sangre. Con esta segunda habitación, el artista busca causar una impresión en los visitantes, más que reforzar la experiencia física del espacio refuerza su parte emocional. Lo que el crítico parece soslayar es la característica implícitamente narrativa de la pieza.
Lorenzo Rocha
jueves, 8 de octubre de 2009
SOLO RECUERDOS
El proceso de visualización creativa, necesario para la concepción de cualquier espacio arquitectónico, se experimenta de forma mixta: entre el ejercicio de memoria aleatoria de los espacios vividos por el artista, y la aplicación de la imaginación proyectada a los futuros espacios. Se le llama proyecto en parte porque es un tipo de proyección que podría definirse como “memoria del futuro”.
“Cuando empiezo un proyecto, comúnmente lo inicio sin tocar un solo lápiz, me siento y trato de imaginar las cosas más locas. Es un proceso de locura”. En este caso se trata de una referencia anecdótica de una conversación entre Luis Barragán y algún periodista extranjero en 1980, cuando el célebre arquitecto mexicano fue reconocido con el premio Pritzker, máximo galardón internacional para un arquitecto. Como referencia a alguna de sus fuentes urbanas (posiblemente la “fuente de los amantes”, que se encuentra en el fraccionamiento “Los Clubes”, en el Estado de México, construida en 1964), el arquitecto le cuenta al periodista acerca de las acequias del pueblo donde solía vacacionar en su infancia: Mazamitla, Jalisco. En las calles de ese pueblo, él recordaba que había un sistema de troncos huecos elevados sobre horquetas, que llevaban el agua por las calles hasta las fuentes de cada patio doméstico. Cuando el periodista le pide si tiene alguna fotografía de la época, el arquitecto responde defensivamente con esta simple frase: “No hay fotografías sólo recuerdos”.
Más tarde el periodista encuentra fotografías de la época y se percata de que tales troncos nunca existieron.
La anécdota, en su componente mitológica, nos deja más interrogantes que certezas. ¿Qué es más importante? ¿El hecho sucedido en el pasado o nuestra memoria de éste? ¿No sería preferible recordar los lugares que habitamos de pequeños, sin recurrir a elementos documentales como fotografías y películas? ¿Dónde reside la fuente de la creatividad: en las experiencias o en las reconstrucciones poéticas que somos capaces de crear?
Lorenzo Rocha
jueves, 1 de octubre de 2009
AQUÍ AHORA
Si Usted está leyendo esto, entonces Usted está aquí. ¿Dónde? ¿El texto también es un espacio?
El espacio que llamamos virtual también es un espacio real. Aunque no sea un lugar físico, sigue existiendo y por lo tanto forma parte de la realidad. Cuando pienso en un espacio como éste —la cuarta columna de la sección cultural del diario MILENIO— no suelo asumir que existe la posibilidad de habitarlo, como si se tratara de habitar una casa.
Cuando Usted lee esto, ¿dónde se encuentra? ¿Está Usted en una habitación o dentro de esta página del periódico?
La información que penetra a nuestra mente a través de la retina —se trate de textos o imágenes— tiene la capacidad de absorber totalmente nuestra atención y transportarnos a otros sitios. Quizá por esa razón la palabra imaginación deriva de la palabra imagen. Pero la literatura no predetermina a la imaginación, del modo como lo hacen la fotografía o la cinematografía, en la lectura somos nosotros quienes le ponemos cara a los personajes. El texto es un vehículo que nos transporta de un modo distinto que la imagen, mucho más abierto a nuestra propia capacidad de ensoñación. Las palabras tienen además una componente que se podría decir que es sonora. Las oraciones resuenan dentro de nuestra cabeza, aunque no las escuchemos con los oídos. Aunque no escuchemos las palabras que leemos, éstas sustituyen al constante y caótico balbuceo de nuestros pensamientos, hacen callar al inconsciente. Nos transportan a una situación espacio-temporal indefinida, donde no existe el futuro, sólo el presente, como si se detuviera el paso del tiempo. La página de un libro es una “Especie de espacio”, ya lo describió magistralmente Georges Perec en un genial libro que lleva precisamente ese mismo título.
Lugar, tiempo, viaje, imaginación, son ideas lo bastante interesantes como para que merezca la pena romper el silencio blanco del papel.
Lorenzo Rocha
jueves, 24 de septiembre de 2009
ARQUITECTURA POLÍTICA
El martes pasado se colocó la primera piedra de la “Estela de luz”, lo que será el monumento del Bicentenario de la Independencia de México. Ahora más que nunca resuena la definición de la arquitectura como “uso político del suelo”, del filólogo Fernando Curiel. Esta medida del gobierno —inmersa en un clima de crisis económica— se presenta en estos días de forma especialmente distópica, recuerda los artículos de numerosos analistas que han esgrimido argumentos suficientes respecto al carácter eminentemente retrógrado de la iniciativa gubernamental (La crítica/Espacios MILENIO, 07/05/09). Al analizarlo más de cerca, notamos que el proyecto no solamente incluye la emblemática doble estela de acero y cuarzo de más de cien metros de altura, también se plantea la construcción de una plaza sobre el Circuito Interior y algunas plazoletas hundidas con pasos peatonales subterráneos, elementos que probablemente añadirían mayor funcionalidad a este nodo entre la avenida de la Reforma y el Circuito Interior.
Sin embargo, la intención de la administración en el caso específico de esta obra pública está orientada más hacia el espectáculo que a la mejora del espacio urbano y el consiguiente beneficio de la ciudadanía. Por ello, surge la siguiente pregunta: ¿si hubiera un recorte presupuestal importante, qué parte del proyecto se sacrificaría primero? En el contexto de la intención política de la obra, es de esperarse que la estela sería la prioridad de la construcción y las infraestructuras peatonales probablemente quedarían relegadas a segundo término.
El proyecto, por su polémico nacimiento, nos ayuda a reflexionar acerca de la oposición entre los elementos que se pueden contemplar como fundamentales en una obra pública —los elementos estructurales y espaciales— y aquellos que se consideran superfluos por su carácter decorativo. Lo paradójico en el caso del Monumento Bicentenario es que su elemento principal, la “Estela de luz”, es a la vez el más superfluo, desde el punto de vista del beneficio del espacio público.
Lorenzo Rocha
sábado, 19 de septiembre de 2009
Conversación previa a la fiesta
Maria: Llueve mucho!! qué hacemos?
soooooccccccoooooorrrrro (fb)
Elsa: Hai, es hoy lo de cantandobajolalluvia?! Cantarranas?????????????????? (fb)
Out: Muy buena... las ranas cantando bajo la lluvia, eso haremos hoy (fb)
Inés: uffs vaya day, aquí tenemos piscina por si alguien quiere darse luego un baño! (fb)
Ruben: hi lorenzo, is the party in all weather? (sms)
Out: Yes in fact, cantarranas means- frogs sing in the rain (sms)
Carmen: Bnas! sigue npie la celebracion? (sms)
Out: Llueva o truene estaremos ahi (sms)
Asier: Sigue adelante la convocatoria? (sms)
Out: Sí, las ranas también cantan bajo la lluvia (sms)
Carmen: Dmomento npdo bajar, os llam ms trd. (sms)
María: Ayer a pesar de la lluvia, celebramos la fiesta de primer aniversario de la plaza cantarranas, cerveza, tequila, pan , jamon y queso (fb)
jueves, 17 de septiembre de 2009
SITIO
La actitud general de los artistas norteamericanos de los años sesenta y setenta del siglo XX (los minimalistas y artistas del movimiento Land art) frente a la noción de sitio variaba desde el uso específico de éste para la realización de intervenciones, hasta su total anulación. Invariablemente, el artista insertaba un orden distinto al existente en el acto de subjetivación del lugar, se tratara tanto del paisaje como del interior de la sala de exposiciones.
Más recientemente esta visión ha cambiado, el artista tiene cada vez menos necesidad de hacer resaltar sus piezas de arte como protagonistas dentro del sitio donde las produce o exhibe, al contrario, existe un creciente interés por darle preponderancia al sitio mismo, como las obras de John Cage nos hacen concientes de que el silencio también es música. “La música nunca deja de sonar, somos nosotros quienes dejamos de escucharla”, decía Cage. Esta frase nos invita a agudizar nuestro sentido estético y acentúa el carácter universalmente subjetivo de la belleza.
El sitio es habitado por el artista, pero es un proceso biunívoco, el artista también es habitado por el sitio. El sitio habitado se relaciona con el concepto de “Museo del punto de vista”, que no implica la producción de ningún objeto, sino la selección de una vista en torno a la cual se congrega a los observadores a mirar un cierto paisaje o espacio seleccionado por el artista. En este caso no hay un objeto colocado intencionalmente por el artista, a lo sumo algunos elementos reorganizados, no hay oportunidad para iniciar un debate crítico, no hay nada que pueda ser considerado mercancía, no hay objeto, sólo sujeto.
Habitar un sitio significa ser capaz de estar en éste, que el artista viva el sitio y —a través de su trabajo— el sitio pueda estar en él y en las demás personas. De este modo, es posible asumir que todo objeto es potencialmente una pieza de arte y todo sitio es de alguna manera, un museo.
Lorenzo Rocha
miércoles, 16 de septiembre de 2009
FIESTA
UNETE AL FESTEJO DEL PRIMER ANIVERSARIO DE LA PLAZA CANTARRANAS EN LA CALLE ITURBURU, BILBAO LA VIEJA
A partir de las 19:00 del viernes 18, estaremos ahi festejando entre amigos la creación de un espacio independiente. Cada persona debe llevar lo que vaya a beber y comer (más un poco para compartir). Quien cuente con alguna mesa plegable, sillas ligeras, alguna guitarra, gorros, o lo que quiera llevar es bienvenido.
OUT/Bilbao
jueves, 10 de septiembre de 2009
FUTURISTAS
Antonio Sant’ Eliá, arquitecto italiano (1888-1916), murió en la Primera Guerra Mundial, con tan sólo 28 años, muy pocos de sus proyectos fueron construidos, sin embargo sus dibujos e ideas utópicas —como el proyecto fantástico “Ciudad nueva”— le dieron un importante prestigio y sirvieron de inspiración a otros arquitectos de su época, como Guiseppe Terragni, Pier Luigi Nervi y muchos más. Sant Eliá escribió en 1914 (con Marinetti y Carrá) un manifiesto que tituló “Arquitectura Futurista”, texto reaccionario pero divertido, del que cito: “(los arquitectos futuristas) Hemos perdido el sentido de lo monumental, de lo pesado, de lo estático y hemos enriquecido nuestra sensibilidad con el gusto por lo ligero, lo práctico, lo efímero y veloz”. Ha pasado casi un siglo desde que se escribieron estas palabras que, junto con otros muchos manifiestos, sirvieron como lemas fundadores del Movimiento Moderno, ¿cual podría ser un ejemplo radical de la aplicación de los preceptos futuristas? Salta inmediatemente a la mente la obra de Martín Azúa (Vitoria Gasteiz, 1965), un diseñador y artista que sitúa su trabajo en los límites con la arquitectura. Su filosofía se resume en tres conceptos (ver www.martinazua.com):
Preguntas: una pregunta puede ser un proyecto, un hallazgo en sí misma.
Utopías: pensar en el futuro superando los problemas que ahora parecen infranqueables.
Emergencias: las cosas que importan a las que dedicamos nuestra atención, esfuerzo y tiempo.
Incluso sin ver ninguno de sus proyectos, estas reflexiones son ya una aportación importante al discurso futurista, no obstante hay una de sus piezas en particular que citaría como la realización más radical de las ideas de Sant’ Eliá. Se trata de “Casa básica”, de 1999, que el mismo autor define como: “Un volumen habitable de prestaciones básicas / Tenerlo todo sin tener apenas nada”. Sería muy difícil, por no decir imposible, encontrar un habitáculo más ligero, práctico, efímero y veloz que éste.
Lorenzo Rocha
jueves, 3 de septiembre de 2009
LA PLAYA
Todas las ciudades que se encuentran frente al mar, incluso algunas de las situadas junto a ríos o lagos de importancia, gozan de un tipo de espacio urbano sui géneris: la playa.
Las playas se distinguen de otros espacios urbanos abiertos, en primer lugar porque se trata de parajes casi naturales (con un mínimo de intervención humana), mientras que otros espacios al aire libre, como las plazas, calles, aceras y parques son, en mayor o menor medida, creados por el hombre. Al igual que los parques urbanos —que a veces pensamos que fueron espacios de bosque recortados por la ciudad—, las playas nos ayudan a redefinir el paradigma de la oposición entre lo natural y lo artifical. Lo interesante de las playas urbanas es que son los espacios más diáfanos que se pueden encontrar en el ámbito de las ciudades. Sus límites son virtuales y lejanos: el horizonte, el cielo, el mar y la tierra. También son lugares muy ricos para la observación de las mecánicas de negociación, apropiación y cesión del espacio, al igual que todas clases de arquitecturas efímeras como sombrillas, puestos, tumbonas y esterillas, que cada día se montan y desmontan. En la playa todo es ambulante.
El espacio urbano de las playas está hecho de aire y su disfrute depende al ciento por ciento del clima, en un día soleado la playa se llena de gente, pero ésta puede desaparecer en minutos si comienza a llover. Cuando hay sol, cada metro es precioso, y se establece gran cantidad de reglas horizontales, en forma de acuerdos tácitos entre los usuarios, como la prohibición de llevar mascotas, la distancia entre cada campamento, el volumen y tono de la voz, los juegos de pelota y hasta la dirección en que se sacude la arena del cuerpo y la toalla.
Las playas, a diferencia de las plazas o aceras de los bulevares, nunca son espacios de tránsito, siempre de permanencia temporal, son de los pocos lugares donde se puede experimentar auténticamente las características que determinan todos los espacios de la ciudad.
Lorenzo Rocha
jueves, 27 de agosto de 2009
ESPACIO MENTAL
El verano es una buena estación para jugar. En vista de que está por terminar, utilizaré este espacio para un breve juego.
Recuerdo que en mis clases de geometría en el bachillerato me enseñaron que un punto es un lugar en el espacio. De ahí derivaba una divertida cadena de ideas para definir la tercera dimensión: la línea es una sucesión de puntos, el plano es una sucesión de líneas y el volumen es la superposición de planos. Con eso quedaba explicada la geometría descriptiva básica. Sin embargo, el tiempo quedaba fuera de la definición, la cuarta dimensión, que es el elemento básico para la percepción del espacio.
El juego consiste en aplicar la siguiente idea sobre el lenguaje a la representación espacial: el lenguaje es lineal, el pensamiento es espacial. El modo más efectivo de percibir el espacio es con la totalidad de los sentidos, con el cuerpo completo inmerso en éste. Las representaciones del espacio provocan estímulos sensoriales parciales que transmiten mensajes visuales acerca del significante al que representan, pero el resto de la visualización del espacio es un ejercicio exclusivamente mental. Volviendo a la analogía imagen-palabra/espacio-concepto, se puede alcanzar una conclusión similar: los conceptos solamente existen de modo total en nuestro pensamiento, las palabras y el lenguaje en general transmiten información acerca de los conceptos, cuyo significado se expone de modo parcial. Las palabras introducen al lector en la reflexión del escritor para que el primero complete el ejercicio con una interpretación propia. Entonces podríamos decir que una letra es el signo unitario de lenguaje, y la cadena continúa: la palabra es una sucesión de letras, el texto es una sucesión de palabras y el discurso es una superposición de textos.
Esto explica la linealidad del lenguaje como representación directa del pensamiento, pero también en la mente hay una espacialidad, una cuarta dimensión —similar a la relación cronotópica— que no puede ser expresada mediante las palabras.
Lorenzo Rocha
jueves, 20 de agosto de 2009
AGUA
“La arquitectura, además de ser espacial, es música que se toca con el agua”, estas palabras fueron pronunciadas por el arquitecto mexicano Luis Barragán durante su discurso de aceptación, cuando recibió el premio Pritzker en 1980, el galardón más prestigioso al que puede aspirar cualquier arquitecto desde su primera edición, hace tres décadas.
Es mucho más frecuente discutir sobre el agua como elemento que forma parte de la ecología, que es un aspecto material que indudablemente concierne a ésta, en cuanto a su uso, abuso y relevancia para la vida humana. Al respecto, me parece muy importante citar las frases escritas por Tales de Mileto, filósofo griego presocrático: “En realidad no estamos constituidos por agua, somos agua”. Por esta razón creo que no podemos separar el aspecto material del agua de su parte formal, y por consecuencia de su contemplación desinteresada y estética. Por ejemplo, en China la única traducción posible del término occidental para definir el paisaje, se compone de dos ideogramas que forman la palabra “Shanshui”, el primero significa montaña y el segundo río (agua). Es evidente que el paisaje no se puede disociar en su aspecto formal de la topografía y del agua —de las partes altas y bajas que lo componen— ya que de ello deriva que genere interés para su observación. Quizá lo material y formal sean conceptos difíciles de combinar, aunque ya desde tiempos de Tales de Mileto (siglo V antes de Cristo) la filosofía consideraba al agua en su aspecto físico, como elemento o componente fundamental de la naturaleza, y también como sustancia que propicia el origen de todas las demás.
Finalmente sabemos que la vida se originó en el agua y que existen vestigios de ese caldo de cultivo, de condiciones frágiles y precarias, que sigue produciendo vida en el Norte del país, en particular en el estado de Coahuila en un lugar conocido como Cuatro Ciénegas, que está en peligro de desaparecer por la sobreexplotación de los mantos acuíferos subterráneos.
Lorenzo Rocha
jueves, 13 de agosto de 2009
CONTRA UTOPÍA
La manera en que se manifestó la modernidad durante el siglo XX, principalmente a través de su confianza ciega en un futuro siempre mejor que el pasado, confió en la forma urbana como el espacio idóneo para la realización de la utopía, planteada filosóficamente por Tomás Moro en el siglo XVI. Esta utopía tomó su forma en el plan para la ciudad ideal, paradójicamente la palabra quiere decir literalmente “ningún lugar”, por lo tanto la idea ya excluye en sí misma su propia factibilidad. Por estas razones, la sociedad occidental, en particular en los países de alto desarrollo socio-económico, se ha nutrido durante siglos de la creencia en que lo utópico promete una realidad mejor por que se acerca a lo ideal, esta ilusión es la que ha conducido a los tristes resultados de la urbanística moderna. Quizá sea ya tiempo de intentar desandar el camino torcido, nunca será tarde para rectificar un proceso equivocado. “El universo es más vasto que nuestro espíritu, la vida es corta, la educación demasiado larga, la verdad es infinita”, estas palabras de Henri Bergson, podrían servir de aliento a una nueva generación de arquitectos que puedan comenzar a plantearse una realidad distinta a la actual. Curiosamente, forman parte de un discurso que el filósofo francés pronunció en un auditorio el día de la graduación de un grupo de estudiantes de liceo, en agosto de 1882.
Hoy es preferible pensar en un urbanismo horizontal que en uno piramidal, la administración del Estado debe concentrarse en dotar a las ciudades de su infraestructura: drenaje, agua potable, electricidad, comunicaciones, transporte, etc. Todo aquello que los ciudadanos son incapaces de proveer para sí mismos, todo lo demás, lo que conforma la vida en la ciudad, lo urbano, está invariablemente en manos de los residentes y de sus organizaciones sociales y empresariales. Cuando el gobierno interviene directamente en el desarrollo edilicio, lo único que hace es abrir espacio para la especulación.
Lorenzo Rocha
martes, 11 de agosto de 2009
CONTRIBUCIÓN SOCIOURBANISTICA A LA CIUDAD
OUT: Visión sociológica, en la libertad y la independencia urbana, social y artística.
María Seilza_OUT Euskadi
¿Qué entendemos por ciudad de urbanitas?
Nuestro movimiento cultural propio y proyectado hacia la humanidad, hacia la socialización libre de urbanidad y arte (música, teatro, pintura, comercios, urbanismo, servicios públicos…) parte de la idea inicial de configuración y unión de espacios propios a partir de experiencias de grupos-asociaciones-personas en un mismo ágora, por lo tanto urbanidad construida desde las conciencias de una comunidad artística-urbana y vanguardista independiente de Bilbao.
Libre de toda ideología, parte de la independiente asociación artística y urbana de Bilbao por congregar a numeros@s personas, grupos, y comunidades sin ánimo de lucro en pro de culturas cosmopolitas, independientes, liberales, y constructivas asentadas en espacios claramente restaurados del pasado si es posible y reinventando el espacio antiguo en actual y post modernista donde tenga lugar la transformación progresiva y conceptual de los espacios y su adecuación según necesidades temporales de los artistas urbanos y sociales.
¿Qué ciudad queremos de Bilbópoly?
1) HUMANA
Un libre asociacionismo de personas con necesidades e inquietudes culturales de expresión artística musical, teatral, comercial, ecológica, etc…en un ecosistema común donde la socialización postmodernista sea la clave de la proyección vanguardísta de valores humanos sostenibles y libres de expresión.
2) ESPACIAL-TERRITORIAL
Nuestra Centro Cívico o Isla como nexo de unión cultural y vivencial libre de espacio en el entorno, rodeado de jardines y abierto en entrada y salida a la ciudad, a la ría-al mar cantábrico, y a jardines como horizonte de creación internacional, juegos de colores y transferencias de sonidos que impliquen la complicidad de hacer música al aire libre y otras actividades de verano, poesía-música-teatro-comercio justo-danza. Por lo tanto, los tres elementos a nuestro/s espacio/s son:
- color
- selva, vegetación (oxígeno)
- agua, estanques, caminos de lagos
- rutas de movilidad peatonal
Futuro templo de cultura internacional cosmopolita y de vanguardia de Bilbao, capital cultural,
un conjunto vivencial singular y conceptualmente cargado de simplicidad.
Limpiar y proteger las zonas comunes y aunar esfuerzos en la continuidad y permanencia en la conciencia del espacio común y de su cultura de fondo.
¿Bajo qué RETO trabajaremos?
3) INVITACIÓN A LA COMUNICACIÓN INTERNACIONAL (Milano, México, España) crecer en fronteras hacia el norte de Europa; América central y norte, Oriente; Australia. ****
Nos proponemos crear RED VIRTUAL de opiniones y zonal presencial en alguna de las ciudades del mundo a cerca de:
- la derivación de nuestras ciudades mundiales, medianas ciudades, y locales como municipios en cuanto a sus diseños, habitabilidad, y condiciones de instaurar arte callejero y no convencional; espacios abiertos al ocio y la vuelta a los vecindarios
- valores existenciales de la humanidad, globalización o relocalización?, pluralísmo liberal, tradición, postmodernismo, arte efímero, etc…
- participación pública de la población según su interés artístico, comercial, social a través de talleres de formación, ensayo, y discusión de dos niveles: profesionales, y vecinales
4) Por la PERDURABILIDAD: Nuestro Ecosistema: el conjunto de las interacciones en el seno de una unidad geofísica determina que contenga diversas poblaciones vivientes constituye una Unidad compleja de carácter organizador o sistema, el entorno deja de representar una unidad básicamente territorial para convertirse en una unidad organizadora. Y así, la ecología integra y supera las nociones de medio y entorno. (Morin 1983, 2000).
jueves, 6 de agosto de 2009
HOMENAJE AL CUADRADO
Recordando las múltiples afinidades que existen entre la arquitectura mexicana y la japonesa (La crítica/Espacios, MILENIO 21/12/06 y 11/01/07), vuelven a aparecer en escena afinidades entre arquitectos de ambos países, hecho que se acentúa por la conferencia que ofrecerá hoy Ryue Nishizawa, del estudio nipón SANAA, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el Distrito Federal.
En ocasiones anteriores habíamos mencionado las coincidencias entre Luis Barragán, Mathias Goeritz y Tadao Ando y su afinidad formal en el uso de la luz y la iconografía moderna, representada por el interés mutuo que estos arquitectos tuvieron por el pintor alemán Josef Albers. Una vez más encontramos repetida la figura de Albers, en específico su serie de cuadros titulada “Homenaje al cuadrado” (en inglés: “Homage to the square”), iniciada en 1949, justo después de uno de los múltiples viajes que realizó a México en compañía de su esposa Ani (el primero de éstos viajes fue en 1935). Durante dicho periodo, la pareja estuvo en contacto con Barragán y éste conservaba en la sala de su casa, una de las versiones del homenaje al cuadrado de Albers. Hay sin duda varios encuadres visuales y cromáticos en la obra del arquitecto tapatío que recuerdan esta serie de pinturas.
La coincidencia con la arquitectura japonesa se verifica, como siempre en blanco y negro, en la imagen de una de las habitaciones de la Casa en un huerto de ciruelos, diseñada y construida en Tokio por Kazuyo Sejima, socia principal del estudio SANAA, del que forma parte Nishizawa.
La línea recta y el cuadrado, que son los cánones de la arquitectura moderna, se contemplan como elementos puramente humanos, ya que no existen en la naturaleza, o al menos no de manera evidente. Sin embargo en los cristales, las sales o el hielo, la geometría pura es posible y por lo tanto son construcciones naturales, no humanas, que se basan en dichas formas. El trabajo de Nishizawa es afín al de sus colegas mexicanos y alemanes, en sus elementos materiales y formales.
Lorenzo Rocha
jueves, 30 de julio de 2009
DISEÑO Y DIBUJO
Se dice comúnmente que la profesión del arquitecto consiste en la construcción de la morada del hombre. Sin embargo, esta definición no toma en cuenta que las casas y edificios las construyen los obreros y que el trabajo del arquitecto, que consiste en idear y dibujar los proyectos, no tiene relación material con el objeto de la disciplina.
Los arquitectos no son constructores en sentido estricto, la etimología de la palabra “arquitectura” lo expresa claramente, su raíz griega se compone de “arhé” que quiere decir jefe o maestro, y “tector” que significa obrero, de este modo el arquitecto es el “maestro del constructor”. Los arquitectos producen las representaciones gráficas, qué más tarde se materializan en edificios.
Las palabras diseño y técnica forman un círculo lingüístico interesante y útil para aclarar la auténtica labor del arquitecto. Diseño comparte su raíz etimológica con la palabra designio, que implica la toma de las decisiones precisas para la forma arquitectónica final. Técnica es el mecanismo básico para materializar las ideas humanas, los dibujos técnicos expresan todos los pasos del proceso para la construcción de un proyecto, para materializar una idea y convertirla en espacio. Curiosamente, en el idioma alemán la palabra “techne” significa literalmente dibujo. El trabajo del proyectista está muy claramente acotado en el campo de las ideas, pero no es poca cosa, ya que se requiere un entrenamiento de visualización muy avanzado para ser un buen arquitecto.
La disciplina proyectual incluye dentro de sus habilidades lo que los psiquiatras llaman “capacidad de rotación mental de objetos”, una habilidad que es necesario ejercitar para poder planear espacios, atributo que junto con los mecanismos generales, por los que somos capaces de formarnos imágenes mentales, constituyen el componente visual de nuestro modelo interior del mundo.
Lorenzo Rocha
jueves, 23 de julio de 2009
TORRE DE AZÚCAR
Gran parte de las piezas de arte que observamos en los espacios museísticos actuales pertenecen al universo neoconceptual, cuyo fundamento teórico escapa a la comprensión de la mayoría de las personas. Ya es habitual ver en exposiciones cajas de zapatos vacías, hojas de papel en blanco y demás objetos que devinieron arte a partir del primer Readymade realizado por Marcel Duchamp (Fountain, 1917).
Quizás atendiendo a esta preocupación es que en la exposición Inéditos, que se puede admirar en la Casa Encendida de Madrid, los curadores han decidido distribuir tarjetas que intentan explicar las obras. Mediante una serie de preguntas y respuestas de expertos, el espectador puede aclarar las dudas que más frecuentemente se presentan frente al arte contemporáneo. Respecto a una pieza titulada Sugar Tower (Torre de azúcar, 1981) del artista checo Jiri Kovanda, formulan las siguientes preguntas: ¿Qué vemos en la obra? ¿Qué sentimos? ¿De qué podría estar hablando el artista? ¿Por qué se plantea este tema? ¿Por qué usa este medio? ¿De donde viene este artista y qué normas rompe? ¿Qué diría un experto sobre la obra?
Sin lugar a dudas todas estas preguntas son importantes y sus respuestas —que no transcribiré aquí— son cruciales para la comprensión de la obra. Sin embargo, es inevitable que surja otra interrogante: ¿Es necesario entender el arte para poder disfrutarlo? Como en toda pregunta retórica, la respuesta es simultáneamente sí y no. Sí, es necesario comprender el arte neoconceptual, porque precisamente es una manifestación que va más allá de lo visual y apela a la provocación de dudas y conjeturas intelectuales en el espectador. Pero la respuesta es también negativa, ya que una parte importante del arte es su medio de expresión directo, y si en el caso de Kovanda, él decidió expresarse colocando nueve cubitos de azúcar, uno sobre el otro, los críticos y curadores no deberían intervenir excesivamente con sus interpretaciones entre el artista y su público, ya que el arte es algo que no podemos considerar sólo conocimiento, sino también experiencia estética.
Lorenzo Rocha
jueves, 16 de julio de 2009
MANIFIESTO SCHINDLER
El arquitecto austriaco Rudolf M. Schindler (Viena, 1887-Los Ángeles, 1953) escribió un manifiesto en 1912. El texto recoge sus principales ideas sobre el espacio y la arquitectura, que se convertirían en la más clara axiología de todos sus proyectos construidos después de su traslado definitivo a Los Ángeles. Es imposible reproducir el texto entero aquí, pero tomaré un pasaje que, con el paso del tiempo, me parece cada vez más útil para el análisis de la arquitectura contemporánea.
“El hombre del futuro no trata de escapar a los elementos, los domina. Su morada ya no es un tímido refugio: la Tierra se ha vuelto su casa. Los conceptos de hogar y confort cambian su sentido. Los sentimientos atavísticos de seguridad ya no apuntan a los diseños convencionales. El confort de la vivienda reside en el control total del espacio, clima, luz, y ambiente dentro de sus confines. La casa moderna no seguirá los caprichos temporales de su dueño o diseñador para que se plasmen en características permanentes e insulsas. Será un tranquilo y flexible telón de fondo para una vida armoniosa.”
Estas palabras, leídas en su contexto original —Viena después de la Secesión, donde los intelectuales, entre ellos Freud y Wittgenstein, huyeron en desbandada— tienen un efecto distinto después de admirar toda la obra arquitectónica del autor, en especial su casa-estudio construida en 1922.
La arquitectura de hoy está muy ligada a la imagen, a las fotografías que viajan por los medios masivos de comunicación, desde los impresos, audiovisuales, hasta los informáticos. Por esta razón la componente ética del espacio construido ha salido prácticamente de la agenda de los arquitectos actuales. Palabras como: espacio, clima, luz, ambiente, y el concepto de “espacio para una vida armoniosa”; no existen mas en el vocabulario de los diseñadores. Quizá la relectura de arquitectos como Schindler, considerados fundadores de la arquitectura moderna, pueda contribuir a la conciencia de que los seres humanos no habitamos dentro de las imágenes.
Lorenzo Rocha
lunes, 13 de julio de 2009
ARTE Y ARQUITECTURA
De acuerdo con la división tradicional entre las bellas artes, no debería haber una distinción entre arte y arquitectura, ya que ésta última es parte de las demás. También es extraño que aún se considere a la pintura, escultura, literatura, teatro y música; en un plano superior que a la fotografía y el cine, siendo que éstas últimas son las manifestaciones más prolíficas dentro del arte moderno. Es probable que dicha distinción corresponda al aspecto técnico y la reproductibilidad mecánica de las artes visuales, las cuales carecen de autenticidad como originales (es imposible distinguir una copia fotográfica o cinematográfica, de su original).
Respecto a la arquitectura, su principal diferencia con las demás artes es su componente funcional. Una casa puede muy bien ser considerada como obra de arte, si su autor es reconocido como meritorio de dicha clasificación, sin embargo antes que sea arte, debe funcionar como casa. Mucha de la arquitectura contemporánea pretende ser un tipo de escultura urbana, antes que una manifestación de uso creativo del espacio, no hay ejemplo más claro, que la obra de Frank Gehry.
Los límites y relaciones entre arte y arquitectura se encuentran expuestos con mucha precisión en fragmentos del texto escrito por LouAnne Greenwald, curadora del MAK Center de Los Ángeles: “¿Si un arquitecto diseña un espacio carente de función o usuario, a éste se le puede aún llamar arquitectura? Tomando en cuenta que la práctica arquitectónica actual incorpora tan frecuentemente discursos teóricos acerca del espacio, de igual modo como se involucra con los ambientes físicamente construidos, la pregunta se vuelve no solo retórica sino irrelevante”. Del mismo modo como se han borrado las fronteras entre las artes visuales, incluso en las escuelas de bellas artes, donde ya no hay especialistas –pintores, escultores o fotógrafos– sino simplemente artistas que utilizan dichos medios indistintamente, de ese mismo modo la arquitectura debería integrarse a la noción general de arte contemporáneo.
Lorenzo Rocha
CASA ENCENDIDA
jueves, 2 de julio de 2009
CRITICA CONSTRUCTIVA
El pasado 20 de junio cumplió sus primeros nueve años la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente, mejor conocida como Faro de Oriente (www.farodeoriente.cultura.df.gob.mx). Se trata de un proyecto cultural sin precedente —una gran escuela de artes y oficios, con galería de arte, biblioteca y grandes espacios abiertos—, se sitúa en la ruina de un edificio diseñado por el arquitecto Alberto Kalach, abandonado desde antes de que se hubiera concluido, que había sido planeado para albergar una subdelegación de Iztapalapa, ubicado en medio de un gran basurero, sobre la avenida Ignacio Zaragoza.
En realidad el proyecto del Faro tiene once años de haber comenzado, pero durante sus dos primeros años no abría aún sus puertas, ya que el proyecto de adaptación fue largo y difícil. Su director, Agustín Estrada plantea un modo muy eficaz de combinar un modelo autogestivo de organización con su pertenencia a la institución de cultura del Gobierno del Distrito Federal. Este esquema demuestra que la independencia no se consigue en la soledad, como suelen ser los proyectos autogestivos, que se reducen a grupos muy inestables y reducidos de personas entusiastas. Por pertenecer al gobierno, este centro está en posibilidad de tener un mayor calado en la sociedad donde se inserta, sin perder su misión original, que el propio director describe como: “Retejer el débil hilo social que ha sido roto por nuestro Estado depredador”.
La recuperación de un espacio público para su uso social, que es la naturaleza principal del Faro, nos muestra la diferencia entre la palabra y la acción. Mientras habemos muchas personas dedicadas a la crítica desde el plano discursivo, los creadores del Faro son personas que tienen una actitud crítica respecto a la organización socio-económica de nuestro entorno, realizan sus críticas a través de las acciones y no de las palabras. Es entonces cuando podemos afirmar en todos sentidos de que la crítica social que plantea el Faro es eminentemente constructiva.
Lorenzo Rocha
lunes, 1 de junio de 2009
[FUTURO] Civismo
[ACCION] Identidad
[LUGAR] Cantarranas
Concurso Urbanacción 2
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